Nuestros veranos

Crítica de Gustavo Oviedo - Es la cuarta pared

Anna se predispone a pasar sus vacaciones con sus eclécticos parientes, en la bucólica casona familiar en la Costa Azul, donde ha pasado tantos veranos. Pero antes debe solucionar un par de problemitas, a saber: la solicitud de fondos para producir su nueva película. Anna es directora de cine y expone ante una desorientada comisión que debe decidir si aprueba o no, producir la nueva película. Y la comisión no entiende de qué va la cosa.

Danger. Otro asuntillo: su pareja le informa a último momento que no irá de vacaciones con ella, porque se enamoró de otra mujer, a más datos, jóven y modelo. Houston, estamos en problemas… Todo en el relajado tono de esta comedia francesa.

Anna pues, ya instalada en la vieja casona, pasa sus días con su pequeña hija y su rica y decadente familia. Disfuncional parentela, pero qué importancia tiene eso si el dinero mueve al mundo… Como coro, las peripecias del personal de servicio: sus afanes, sus aspiraciones, sus amores, también sus contradicciones, tal le sucede a los irreverentes parientes ricos. Lo que en unos es melancolía en otros es bronca, resignación y esperanza.

Se impone en el relato un tono chejoviano de finitud y ansia, agostado y rancio, pero también con cierta belleza de canto de cisne, de un sentido que se difumina en una bruma que mixtura lo que ya fue, con lo que vendrá. Película de estados, su narrativa se extravía en situaciones anodinas pero que pueden derivar en pequeños hallazgos sublimes, responsabilidad ésta de la capacidad histriónica de sus protagonistas.

ELENCO: Valeria Bruni Tedeschi, Valeria Golino, Riccardo Scamarcio, Pierre Arditi, Noémie

Lvovsky, Yolande Moreau, Vincent Pérez

MÚSICA: Paolo Buonvino

FOTOGRAFÍA: Jeanne Lapoirie

GUIÓN: Valeria Bruni Tedeschi, Caroline Deruas-Garrel, Noémie Lvovsky, Agnés de Sacy

DIRECCIÓN: Valeria Bruni Tedeschi

ORIGEN: Francia (2018)