Nuestros hijos

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Traslación de la obra “The Dinner” de Herman Koch, con un guión del mismo director, Ivanno de Matteo, en conjunto con Valentina Ferlan, el filme abre con una situación cotidiana de violencia en las calles entre automovilistas que termina de la peor manera. Un muerto, un herido, un asesino, testigos varios.
El herido es un niño, su padre el muerto, Paolo (Luigi Lo Cascio) el médico que lo atiende, Massimo (Alejandro Gassman) su hermano, el abogado, eficiente e inescrupuloso, encargado de defender al acusado.
Ambos hermanos, casados, de muy buena posición, tanto económica como social, y sus hijos Benedetta (Rosabell Laurenti Sellers) y Michelle (Jacopo Olmo Antinori), quienes tienen entre ellos relaciones más que ponderables.
Los hermanos, con sus respectivas parejas, se encuentran una vez al mes para cenar en un restaurante, encuentro prefijado. Hasta que una situación de violencia cotidiana en la vía pública involucra a sus hijos, no hay testigos, sólo una cámara, pero no se distingue demasiado bien.
El planteo de toda la historia se establece en la decisión moral de los padres si llevar adelante la denuncia a sus propios hijos o no. Sostenido el relato por las muy buenas actuaciones de los mencionados y de Giovanna Mezzogiorno (Clara), como la esposa de Paolo.
Es en ellos tres que se establece la mayor variabilidad de los caracteres para constituir, en primer término, que nada es lo que parece, para luego pasar por alto las responsabilidades de cada uno
Parecería que el director y su guionista habitual se esmeran por plantear el asunto desde lo ética y lo moral, dejando en un segundo plano narrar una historia que ni en el último giro puede establecer la deuda que tiene el texto para consigo mismo y para los espectadores.
Esto se puede repensar una vez visto el filme y mirado desde la realización de Pedro Almodovar que le da título a esta nota. Dicho de otro modo, hay cuestiones que se han dejado de lado desde lo discursivo, y hubiese sido más enriquecedor si se lo hubiera profundizado. Igualmente es una película que lo dejará meditando.
(*) Realización de Pedro Almodóvar, de 1984.