Nuestro video prohibido

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Loco x el Cine

Que los niños no se enteren...

Después de Malas Enseñanzas, intento fallido de crear una versión femenina de Escuela del Rock, Jake Kasdan – hijo bastardo del gran Lawrence Kasdan director de Reencuentro y El Corazón de la Ciudad – se reune nuevamente con su pareja protagónica, Cameron Diaz y Jason Segel, para crear una sátira sobre las consecuencias de la difusión de un video sexual en Internet.

La historia – que llega en un momento muy oportuno – habría sido posiblemente más divertida e ingeniosamente explotada si la pareja hubiese sido – en la ficción – un matrimonio de celebridades cuyo mundo se viene “abajo” tras la exposición mediática de un acto cotidiano que los tiene como protagonistas, pero lamentablemente el punto de vista elegido no hace más que reforzar la idea de que en Hollywood, el sexo sigue siendo tema tabú, y que se apuesta por mantener la imagen de la típica familia estadounidense pura y casta como modelo social.

Más allá del punto de vista ideológico del film, con el que uno puede o no estar de acuerdo, el mayor problema del film de Kasdan, que ha hecho relatos más corrosivos y con mayor carga irónica, es la ausencia de situaciones originales o gags efectivos.

Annie y Jay son una típica pareja de clase media suburbana, relativamente exitosa. En su adolescencia tuvieron una activa vida sexual, después llegaron los hijos y hoy en día encuentran pocos momentos – por no decir ninguno – para consumir su pasión. Al mejor estilo, Carrie Bradshaw, Annie escribe sus decepciones en la cama en un blog que posiblemente se convierta en una columna de una revista. La concertación de este nuevo trabajo impulsa a Annie a pasar una noche perfecta con su marido. Sin embargo, la llama no se enciende, hasta que irónicamente, ella prende la cámara de una tablet.

Los problemas surgen cuando Jay accidentalmente sube ese video a “la nube” y regala innumerables tablets a vecinos y amigos… y uno de ellos, encima lo extorsiona en subirlo a youporn.

A partir de ahí, ambos tienen una noche para recuperar las tablets, borrar los videos y descubrir al extorsionador. Con la intención de crear una típica comedia de enredos, Kasdan consigue llevar el relato gracias al talento de su pareja protagónica, cuya química es indudable, y de algunos intérpretes secundarios notables como Rob Lowe o Rob Coddry. Sin embargo, esto no alcanza para crear una película que se agota a los pocos minutos, y termina por caer en secuencia repletas de lugares comunes, estereotipos y clisés. Muchos gags no tienen un remate humorístico efectivo y la escena más divertida es una persecución dentro de una mansión con un perro feroz, y Jason Segel corriendo a lo Steve Martin en El Padre de la Novia, por los pasillos al tiempo que su mujer distrae al millonario propietario. Perfecto, funciona, ¿pero era tan difícil no caer en un lugar tan común que ya resulta aburrido? Incluso el efecto final a lo Que Pasó Ayer? es poco estimulante a nivel humorístico.

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Apelando a fórmulas remanidas y vueltas de tuerca previsibles, Nuestro Video Prohibido, no consigue aprovechar completamente a sus protagonistas. Apenas resulta divertido un nivel de autoconciencia sobre la inverosimilitud de todo el relato – los protagonistas llegan a situaciones extremas que podrían haber solucionado detrás de una computadora. Ni Kasdan o su equipo de guionistas aprovechan el tema para ser un poco más arriesgados e irreverentes. Por el contrario, resaltan los típicos valores de las familias estadounidenses y subrayan que el sexo debe seguir siendo materia tabú.

La sensualidad de Cameron Díaz debe ser el único motivo por el cuál este nuevo trabajo de Kasdan no termina convirtiéndose en la película “Disney” de la semana. Si bien, se aprecia que no caiga en golpes dramáticos, se siente en el aire, una molesta moralina que lo convierten en un film anticuado y poco disfrutable.

Al final, chequear habitualmente Twitter o Facebook, termina siendo más provocador.