Nosotras que todavia estamos vivas

Crítica de Miguel Frías - Clarín

El horror y la dignidad femenina

Es un documental centrado en tres generaciones de mujeres víctimas de la dictadura militar.

Nosotras ..., cuyo hilo conductor es un juicio en Roma a ex represores argentinos, y cuyo centro es la condición femenina para afrontar la brutalidad de la dictadura, alterna aciertos y desaciertos cinematográficos. Entre los primeros, se destacan algunos enfoques novedosos de un tema tan transitado como medular e inagotable. Los reparos son estéticos: el abuso de imágenes de archivo trilladas (para los argentinos) y de músicas y puestas en escena -innecesarias- para subrayar la emoción y el dramatismo. La atrocidad y su contracara, la dignidad, reverberan en las palabras y gestos de tres generaciones de mujeres que dan sus testimonios: no necesitan representaciones suplementarias ni otras redundancias.

Pero estas "intervenciones", típicas en directores extranjeros que abordan el genocidio argentino de los '70, quedan vastamente compensadas con la decisión de Cini de abordar temas ríspidos: la culpa de las sobrevivientes (una ex detenida cuenta cómo salvó su vida a último momento, cuando su padre, militar, logró que lo ayudara Massera); la sensación de demencia que provocan el encierro y la tortura sistemática; la doble degradación a la mujer-militante por parte de los represores; la maternidad -propia o ajena- en cautiverio; las antagónicas posiciones de dos hijas de desaparecidos apropiadas durante la dictadura.

Mientras el eje narrativo es el proceso judicial realizado en Italia entre junio de 2006 y marzo de 2007, la película se abre, con fluidez, en un delta de temas vinculados con el campo de concentración que funcionó en la ESMA. Pero el núcleo de Nosotras ... es, en realidad, la condición femenina para afrontar el exterminio, y no sólo desde agrupaciones como Madres o Abuelas de Plaza de Mayo. Entre otras historias se cuentan la de la hija de Estela Carlotto y la de la madre de Juan Carlos Dante Gullo, detenida-desaparecida de mayor edad que el resto de sus compañeras de prisión clandestina.

Pero la mayor potencia, el mayor logro del filme es no quedarse en los durísimos datos históricos sino adentrarse en la subjetividad de estas mujeres: subjetividad transmitida no sólo a través de palabras sino de gestos. Las imágenes de los testimonios en el juicio se alternan con otras archivo y otras más, filmadas actualmente en la Argentina. Aunque el documental cierra con la condena -en ausencia de los condenados- de Alfredo Astiz, Jorge "Tigre" Acosta, Jorge Raúl Vidoza, Antonio Febres y Antonio Vañek, Nosotras ... deja más interrogantes -o mejor: deseos de seguir interrogando- que respuestas rotundas. En las partes de ambigüedad, de emotividad natural, de contraposición entre voluntad y horror se juega lo mejor de esta película, que por momentos es irregular, aunque siempre es vital, necesaria.