¡Nop!

Crítica de José Tripodero - A Sala Llena

ALTA EN EL CIELO

¡Nop! es la tercera película de Jordan Peele que, además, se presume como una película bisagra en su filmografía. Desde el misterio de los aparatos discursivos que proponen las vías publicitarias (posters, teaser trailers, trailers, etc.), la cuota de ambición estaba ya inoculada. Vaya que eso se materializa. El prólogo presenta un off que pertenece a un diálogo de una sitcom, lo que sigue después es de lo más aterrador que se haya visto este año. Por supuesto Peele, como inteligente narrador que es, desovilla esta subtrama avanzada la narración principal.

Sin ser una película con situaciones claves que podrían atentar contra una experiencia, hay de todos modos ideas que sí invitan a la sugestión prematura si se conocen de antemano. La historia de Eadweard Muybridge (como el precursor en materializar la idea de capturar imágenes y ponerlas en forma secuencial) desde un costado racial es, quizás, la única alusión revisionista histórica de Peele. Lo cual puede entenderse desde un prisma de nuevos tiempos, no necesariamente mejores, pero sí ya distanciados de las películas de hace un par de años que solo le hablaban al presidente saliente de Estados Unidos. No es casual que desde ¡Huye! muchos trataron de copiar y emular una fórmula discursiva (inexistente, por cierto), entre ellos el propio Spike Lee y su ranciedad en Da 5 Bloods.

La sensibilidad de ¡Nop! toma el rumbo del cine, su reproductibilidad técnica y, principalmente, su carácter receptivo. El azar es un concepto ajeno al cine de Peele (al menos en esta primera trifecta), es de esa forma que la idea de un cielo amenazante tiene diferentes lecturas. La primera es la de una invasión extraterrestre, la conclusión a la que arriban los dos personajes principales, OJ y Em Haywood (Daniel Kaluuya y Keke Palmer, respectivamente), hermanos dueños de un rancho de caballos en la profunda California. Ambos pretenden sacar un rédito económico al tratar de captar imágenes de lo que podría ser un OVNI que merodea unas sierras.

Las ideas originales ya no existen, lo que sí tenemos son novedades; algunas pueden ser variaciones ligeras o más libres. ¡Nop! es un compendio de referencias y citas, pero para su director es más importante trazar una línea deforme sobre un mapa ya conocido, digerido y recontra estudiado como lo es la estructura de Tiburón. El cine que cuenta una historia sobre sí mismo podría considerarse casi un género propio porque posee cualidades y recurrencias propias, aquí hay una mirada sobre esa obsesión del hombre por la documentación y el espectáculo articulados. El western, en la categoría del género cinematográfico por antonomasia, ocupa en la narración un espacio dramático fundamental que se presenta -también- en términos de entretenimiento extinto, en más de un sentido. Siendo una película de Universal Pictures, otra película del estudio que aparece señalada sin ser nombrada es Terror bajo tierra, en forma refractaria hacia el cielo, en especial durante la segunda hora.

Jordan Peele propone en ¡Nop! una nueva fase de su cine, en esta instancia más preocupado por hilar fino desde un concepto el funcionamiento del cine desde dos perspectivas que por horrorizar en la construcción de un entramado social, urgente y autoconsciente con el cine de terror. Hay en ciertos pasajes un gusto por la aventura, en lo que puede ser un final que probablemente decepcione al que está acostumbrado a una fiesta de colores y pirotecnia como nos tienen acostumbrados los blockbusters más temerosos de escaparle a la comodidad.

Siempre ávido por minar detalles, aquí Peele -entre tantos que se podrían destacar- ofrece la presencia de Michael Wincott (la mejor voz del cine), en un regreso que lo tiene como un director de fotografía símil Christopher Doyle embebido en la locura de la tradición, la innovación y el arte. ¡Nop! es una invitación a rever antes que ver, un logro absoluto en el panorama desencantador del cine contemporáneo.