Nomadland

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

La directora Chloé Zhao («Songs My Brothers Taught Me», «The Rider») nos presenta una de las películas más comentadas y aclamadas del año pasado, una que pisó fuerte en algunos festivales (Se quedó con el León de Oro en Venecia y con el Premio del Público en el Festival de Toronto) y que se perfila como una de las grandes contendientes en esta atípica temporada de premios.

«Nomadland» es uno de esos relatos melancólicos e intimistas que suelen abundar en el circuito festivalero y en la cinematografía norteamericana más indie. Lo cierto es que la película de Zhao se destaca por varias razones. Por un lado, es un retrato bastante fidedigno de aquellos estadounidenses que habitan en la ruta, viviendo en sus casas rodantes o camionetas y ganándose el pan con diversos trabajos temporales o changas que les permiten llevar un pasar austero pero suficiente como para continuar su camino. Asimismo, el relato sirve como reflejo de una EE.UU. post crisis económica donde una gran parte de la población se quedó sin trabajo, sin techo y básicamente sin recursos de un día para el otro. Finalmente, la obra también dialoga sobre la familia, la pérdida de los seres queridos y de levantarse para reconstruir sobre los escombros. «Nomadland» engloba todos estos elementos a través de la sensible mirada de su directora que desde una posición de observadora construye esta poderosa y emotiva road movie.

El largometraje se centra en Fern (la siempre maravillosa Frances McDormand), una mujer bastante golpeada por las vueltas de la vida, la cual perdió a su esposo tempranamente y también su hogar y dinero durante la recesión de 2008. Es así, como un buen día decide embarcarse en un viaje a través de las rutas del oeste americano viviendo como una nómada en su camioneta (la última de sus posesiones materiales). Tras el colapso económico que afectó también a su ciudad en la zona rural de Nevada, la empresa donde trabajaba entra en quiebra y convierte a la pequeña ciudad en un pueblo fantasma dejándola sin vivienda de un día para el otro, Fern toma su camioneta y se pone en camino para explorar una vida fuera de la sociedad convencional encontrando un mundo totalmente nuevo para ella, lleno de personajes insólitos y de un futuro incierto.

Lo que sorprende de la película es su solvencia narrativa, su potente rol de observación de esta mujer viuda que atraviesa una crisis existencial de épicas proporciones, y la increíble capacidad de autosuperación de Fern. Probablemente, esto no hubiera sido posible sin la enorme interpretación de McDormand, a quien se la muestra un poco más contenida que de costumbre, sacando a relucir un personaje complejo, lleno de capas y matices que vuelven al viaje bastante placentero.

Otro gran acierto de la obra está en su economía de recursos y en como se sugiere más de lo que se dice, potenciando nuevamente ese rol de observador externo y de espectador activo. Es como que, por momentos, la narración tomara algunos aspectos del documental y el naturalismo para sumergirnos de lleno en este relato ficcional que probablemente tenga más de un punto de contacto en miles de ciudadanos estadounidenses que atravesaron por situaciones similares a las que afronta la protagonista.

Si a esto le sumamos el estupendo trabajo de fotografía de Joshua James Richards que nos otorga grandes postales de la América profunda y de sus diversos paisajes así como también de esa cámara testigo que acompaña a Fern en su travesía personal; y también la poderosa música de Ludovico Einaudi que agrega su cuota de nostalgia y añoranza, nos encontraremos con una película interesante y encantadora que impactará tanto por su sensibilidad como por su belleza.

«Nomadland» es un film que apela a las emociones y la reflexión de cómo suele llevarse la vida en la sociedad occidental. Un relato medido que probablemente no se destaque por su estructura o por su trama en sí, sino más bien por su mirada compasiva y por «el viaje», es decir por como se va desarrollando la historia a medida en que su protagonista emprende el camino. Frances McDormand vuelve a demostrar su talento actoral en esta emocionante película de Chloé Zhao que retrata la crisis de las sociedades modernas.