Noé

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Hay que reconocerle a Darren Aronofsky que es un tipo que le gustan los riesgos. Venía de una exitosísima joya como "Black Swan" (aquel thriller psicológico con Natalie Portman), éxito en cuanto lugar se haya exhibido (con más de 300 millones de dólares de recaudación a nivel global), y tenía todas las alternativas para continuar con una carrera lógica, sin demasiados contratiempos. Pero no. Decidió arriesgarse con una libre (pero respetuosa) interpretación del Antiguo Testamento y reunir a un cast fantástico para generar un film de gran calado que quizás actualice un género olvidado por Hollywood en estos tiempos: el del cine épico-bíblico de gran presupuesto.
Aronofsky claramente utiliza a Noah como ícono de humanidad: esta es una película sobre la fe, el costo de sostenerla y la responsabilidad que debemos tener para no destruir aquello que recibimos para habitar (nuestro mundo).
Aquí, "Noé" (Russell Crowe), descendiente de Abel, se encuentra viviendo aislado del resto, en una tierra desolada. Los herederos de Caín se han apoderado del mundo y han utilizado los recursos de la naturaleza, sin límite ni freno alguno. En ese contexto, nuestro protagonista junto a su familia (su mujer -Jennifer Connelly-, sus tres hijos varones y una niña abandonada -Emma Watson cuando crece-) ve como el hombre va cavando su propia fosa: se agotan los suelos, la comida no alcanza y el uso de la violencia es moneda corriente. Sus visiones (en sueños), le auguran un triste final. Es por eso que parte a visitar a Matusalén (Anthony Hopkins) para pedirle consejo: ha recibido instrucciones de que debe salvaguardar a los inocentes (los animales) de lo que viene: sencillamente, el exterminio. La lluvia sin límites. El fin del mundo que conocen. El viejo sabio le da las respuestas que necesita para entender el significado de su tarea y es ahí cuando el comienza a encarar la etapa de preparación del viaje hacia el nuevo paraíso.
Las señales están ahí y Noah comienza a construir su arca, ayudado por los Vigilantes, otrora ángeles, que ahora son monstruos de piedra que no cuentan a los humanos entre sus aliados. El resto, seguramente lo conocen y no escapa a lo que todos leímos (los animales de diversas especies, machos y hembras que poblarán el nuevo mundo van llegando a la nave, el tiempo va marcando el cierre de una era de caos y excesos, los hombres buscan llegar al arca de cualquier modo para salvarse, etc) aunque aquí también hay una historia familiar fuerte, de pasiones y religiosidad que conviene no anticipar pero que es de lo mejor de la película.
Aunque Aronofsky se guarda alguna sorpresa en la construcción del clímax, buscando tal vez que el relato no pierda interés para quienes se acercaron a la cinta como entretenimiento puro, lo cierto es que lo más fuerte de la película es el mensaje que transmite, muy ligado a la protección del medio y el respeto a la naturaleza. Hay en la progresión del conflicto y en su resolución, algunos detalles que quizás no estén bien desarrollados (la historia de Cam, para mi gusto) pero la ampulosidad del escenario en que se desarrollan los eventos, esconde bastante esas debilidades y quizás para el gran público pasen desapercibidas.
Actoralmente, hay una adecuada dirección que tiene su punto más alto en el trío Crowe-Connelly-Watson, quienes viven la historia con gran oficio y sostienen la estructura dramática con gran solvencia.
"Noah" es un film que no pasa desapercibido. Sin embargo, carece del "charme" de los clásicos de su género del siglo pasado. Parte de una premisa de aggiornamiento obligada (el formato en esta época debe adecuarse a los tiempos que corren) y decide respetar, a rasgos generales, la trama que nosotros conocemos desde las Escrituras. Sin embargo, algunas licencias discutibles y el poco peso de los secundarios la alejan de una alta calificación. Bievenido Noé, si abre el mercado para nuevas obras en este género. Hay muchos espectadores ávidos de ellas. En definitiva, un film que no hace agua y propone un largo viaje que llega a tierra firme.