Noé

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Es sabido que la traslación al cine de un relato conocido, del cual el final es inmodificable, implica ciertamente la necesidad por parte de sus responsables, guionista y director, de hacer uso de varias o muchas licencias literarias.
En el caso de la historia de Noé, en su original sólo sabemos que de todos los hombres de la tierra Dios lo elige como sobreviviente por ser bueno y justo (tzadik, en el texto). Noé, su mujer, sus hijos y las esposas de sus hijos se salvaran del diluvio, pero deberá construir un Arca.
Todos los personajes de relativa importancia que aparecen en esta producción son mencionados en el libro sagrado. La primera licencia que se toman la observamos en relación a la construcción de la historia del protagonista, ya que nada sabemos de la vida de Noe hasta que es elegido por Dios. Por lo que, para instalar algo de lo creíble en términos de verosímil, nos lo presentan ya desde niño, siendo testigo del asesinato de su padre y, elipsis de por medio, él con su hijo mayor haciendo gala de su condición de vegetariano.
Paréntesis casi necesario. En el antiguo testamento Dios le dice a Noé que debe albergar en su Arca a una pareja de cada uno de los animales impuros, mientras que de los animales (kasher) puros para el consumo deben ser siete parejas.
Entonces ¿Por qué vegetariano?
También nos presenta encuentros con su abuelo Matusalén, el hombre más longevo de la historia de la humanidad, quien en la visión de los responsables de la realización posee dotes de mago, entre otras vicisitudes, que será el que lo impulse a cumplir con el mandato del creador. Es de observar que la palabra “Dios” no aparece en ningún momento del filme.
Darren Aronofsky halla en la leyenda de Noé un ejemplo inestimable para desarrollar un entretenimiento admirable en representaciones de imagen, al mismo tiempo que términos de concordancia con muchos de los relatos post-apocalípticos, al que el cine de los últimos años nos tiene acostumbrado, aunque en el caso de su personaje debería decirse pre-diluviano.
El personaje de Noé termina siendo modificado, transformado, en un héroe de las producciones de acción, encerrado en el género de catástrofe, pugnado por el melodrama familiar con ribetes fantásticos, dentro de un discurso que hoy podría ser leído como ambientalista.
El punto es que, por todo esto, presenta confusa la historia que narra, ya que no queda en claro cuál es la variable que desea desarrollar y que, a las pruebas me remito, finalmente no logra adueñarse de ninguna de las que propone, por lo que se torna por momentos no sólo indefinido, sino aburrido.
El punto más débil de ésta producción se encuentra en la justificación de las modificaciones al relato. Sí, como se dijo, nada tiene de suspenso, por un final conocido de antemano, debería haber estado respaldado por una trama que pudiera sustentarla desde dentro al armazón con el que se presentan anticipatoriamente los acontecimientos.
Muchos ejemplos es dable observar en al historia del cine sobre estas cuestiones, por ejemplo “Titanic” (1997) tiene como tal una trama que termina siendo la principal, desplazando en el interés al hundimiento ya sabido, esa es una historia de amor…inventada, que no desplaza en espectacularidad la escena del cataclismo naviero.
En el orden de citas, o recurrencias a otras realizaciones, está plagado de las mismas, desde la idea que parece estar haciendo referencia a las grandes historias bíblicas contadas en la década del ‘50, como así también producciones más cercanas en el tiempo, por ejemplo tenemos la saga de “El señor de los Anillos” desde un concepto estético.
Nadie podría negar la capacidad narrativa del responsable de producciones como “PI” (1998), “Requiem para un sueño” (2000), “El Cisne Negro” (2010), ni de sus búsquedas en cuanto a nuevas formas y reglas de escritura, sin dejar de lado los contenidos, siempre tomando riesgos y hasta ahora saliendo airoso.
Ateniéndonos a la historia relatada en la obra que nos ocupa, ésta se circunscriba a mostrar un mundo asolado por los pecados humanos, en el que Noé (Russell Crowe), descendiente de la rama de Set, tercer hijo nombrado de Adán y Eva, un hombre pacífico que sólo desea vivir tranquilo con su mujer Naameh (Jennifer Connelly), recibe una misión divina: construir un Arca para salvar a la creación del inminente diluvio.
Todo comienza cuando, cada noche, Noé tiene el mismo sueño: las visiones de muerte provocada por el agua, seguidas de nueva vida en la Tierra, situación que es aseverada por su abuelo Matusalén (Anthony Hopkins).
En el momento de la construcción del arca Noé es ayudado por unos Ángeles caídos, convertidos en montañas de piedras con luz interior (resolución de género fantástico).
Simultáneamente se hace presente Tubal Cain (Ray Winstone), descendiente de la rama de Cain, rey de la comarca, dirigiendo un ejercito de pecadores, para reclama el derecho sobre la misma, constituyéndose en el antagonista físico de Noé, ya que el filme plantea, tergiversando otra parte del relato bíblico, la disyuntiva de que no sobrevivan los humanos, pero al quedar embarazada Ila (Emma Watson), la única nuera de Noé, dentro del navío, cree que el mandato incluye el matar a la criatura por nacer, pues sus otros dos hijos, según ésta narración, no tienen esposas.
Nada de todas estas licencias que se toman son tan molestas como el diseño de vestuario, nada de túnicas, taparrabos, o sandalias de desierto, son vestuarios más acorde a Pret a Porter, y uno puede dar cuenta de esto a medida que se aburre con el devenir de las escenas, salvo aquellas pertenecientes a cine de aventuras, acción o catástrofe, muy bien filmadas por cierto, pero que se cierran sobre si mismas sin producir otro efecto que el placer visual.
La otra variable de sostén debería correr por cuenta de los actores, casi lo logran, Russell Crowe esta en su salsa, con construcción de personaje más cercano al tipo “Gladiador” (2000) que a “El informante” (1999), en tanto que Ray Winstone cumple con creces en su versión de villano por antonomasia, Mientras Emma Watson demuestra una vez más que es mucho más actriz de lo que parecía en la saga de Harry Potter, por ultimo Jennifer Connelly no sólo muestra que su belleza sigue intacta, sino que despliega una cantidad increíble de recursos histriónicos que la vuelven a colocar como una de las mejores actrices de la actualidad. Pero todo esto tampoco alcanza.
Con los antecedentes del director, el diseño y costo de producción, incluyendo a éstos actores, se esperaba mucho más.