Nocturna

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Nunca abras esa puerta.

El director Gonzalo Calzada ha sabido transitar por el cine de género (La plegaria del vidente, Luciferina, Resurrección) con resultados desparejos. Pero Nocturna, su última apuesta conceptual (se trata de una mezcla entre dos películas y una novela gráfica) es sin lugar a dudas su mejor obra hasta la fecha.

Para entrar en clima, todo sucede en menos de 24 horas en los interiores de un edificio grande y viejo. En esos pasillos y escaleras, Ulises (Pepe Soriano) deambula a pasos vacilantes -dada su edad que supera los 90 años- y experimenta desde su propia percepción sinuosa situaciones donde cobran sustancial presencia los sonidos ambientales que, captados por su audífono, le generan diferentes sensaciones entre el miedo y la desorientación, que además se magnifican cuando pierde repentinamente el sentido de ubicación en tiempo y espacio.

A veces, todo aquello que lo rodea le resulta extraño y otras el mínimo contacto con los fantasmas de su propia historia le devuelven cierta dosis de libertad ante el encierro de la soledad.

Gonzalo Calzada, por otra parte, se vale de dos soberbios actores como Marilú Marini en el rol de su esposa Dalia y el mismísimo Soriano, quien con sus 91 años vuelve a lucirse y a descollar en un papel completamente exigente a nivel físico y emocional. Sus diálogos con Marini no tienen desperdicio y realmente se “sacan chispas” en base al arco dramático en el que desenvuelven toda su batería de herramientas actorales con la sutileza de los notables.

Difícil errarle en términos de dirección porque cualquier palabra o sugerencia estorba. Esa entrega que hace en primer lugar de este thriller psicológico, o melodrama sobrenatural a secas, se ve plasmada en el verosímil de esta historia tan lejana y cercana a la vez gracias al compromiso con el espectador y ese plus que toda película de género necesita para brillar: actores con luz propia; actores con voz propia y sobre todas las cosas verdad sin especulación ni golpe artificial para llegar a lo más hondo de lo humano.