Noches de encanto

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

La vieja y repetida historia de buscarle un sentido a la vida

En cientos de ocasiones el cine abordó el tema central de “Noches de encanto”. Esto significa: la chica pobre y con ambiciones que parte de un pueblo miserable solamente con sus sueños a cuestas. Y muchas, pero muchísimas ganas de tener un futuro mejor haciendo lo que le gusta.

En este caso se trata de bailar y cantar. Ese es el deseo de Ali, el personaje protagónico a cargo de Christina Aguilera en su debut cinematográfico. Ali llega a Los Angeles y consigue un empleo como moza en Burlesque Lounge, un lugar que la deslumbra nada más ver la marquesina, como si su destino estuviese escrito en ese cartel con letras de neón.

Por pura perseverancia se las arregla para que Tess, la dueña del sitio interpretada por Cher, le de la oportunidad de subirse al escenario y mostrar finalmente qué es lo que sabe hacer además de servir las mesas. También conoce a un músico y barman que la hospeda por un tiempo y a un grupo de bailarinas con quienes compartirá los buenos y malos momentos.

???A partir de allí, el filme corre por los carriles más o menos conocidos del romance y el drama en clave musical. Podría pensarse que el primer filme del director Steve Antin, con tres nominacines a los Globos de Oro, no tiene mucho más para ofrecer y no es así.

???Aguilera, con su voz potente (“¿desde cuándo una blanca canta así?”, se pregunta una compañera suya) se luce sobre todo en las escenas musicales, pero también pone empeño en hacer lo más creíble posible la fragilidad de su personaje.

???Si bien los conflictos pronto quedan al descubierto tanto como el desenlace, las coreografías eficaces y la impecable puesta en escena compensan cierto desencanto que produce la película desde el punto de vista argumental.

???Es en el aspecto visual y técnico donde Antin muestra la mayor tenacidad al poner en primer plano lo que mejor saben hacer las protagonistas y en el espacio de un pequeño cabaret.

???De hecho, hasta la mitad del filme las coreografías incluyen sólo cinco bailarinas sobre un pequeño escenario, y aun así la puesta de cámaras es brillante tanto como el desempeño del cuerpo de baile, el montaje, la iluminación y la mayoría de los rubros técnicos.

???En última instancia “Noches de encanto” es la vieja historia que vuelve a repetirse, en la vida como en la ficción. Más allá del embalaje más o menos elaborado en el que se lo presente, en el fondo se trata de personas tratando de sobrevivir y encontrarle sentido a sus vidas.