Noche de perros

Crítica de Fernando López - La Nación

Una noche de tropiezos y risueñas sorpresas

En más de un sentido, es una noche de perros la que pasan los dos protagonistas de esta comedia, que remite a la llamada nueva comedia americana y -con las imaginables distancias- a Después de hora. Lo es porque todo lo que estos buddies locales imaginan como anhelado recreo hecho de cerveza, relajación y alguna conquista amorosa termina siendo una sucesión de equívocos, a la que ellos contribuyen tomando "en préstamo" un Mercedes-Benz. Y que se prolonga en una madrugada en la que todo lo que puede salir mal sale peor. Pero también lo es en sentido más literal, porque los trastornos en que se ven envueltos terminan mezclándolos con narcos, armas y riesgos de vida. Todo en tren de comedia y más allá de los altibajos en un tono negro bastante risueño, aunque algunos enredos luzcan forzados y el final, un poco apresurado.