Noche de miedo

Crítica de Orlando Verna - La Capital

En 1985 “Noche de miedo” vino a ponerle un poco de humor a un género que se regodeaba con los desmanes de Michael Myers, Jason y Freddy Krugger. Y rescataba del olvido a uno de sus actores más emblemáticos. Roddy McDowall encarnaba a un presentador de TV en decadencia, conductor del ciclo que le da nombre a la peli. Hasta él llega Charlie, un joven en busca de ayuda para matar a un vampiro que vive en la casa de al lado. Por supuesto que nadie le cree hasta que el monstruo muestra sus colmillos. Y ésta es la innecesaria remake de aquel filme, hoy considerado “de culto”. Sin la sorpresa propia del relato de terror, con un Colin Farrell demasiado preocupado por parecer lindo y con efectos especiales nada especiales, la cinta no consigue ni asustar ni divertir. No la salva ni el 3D.