Noche americana

Crítica de Patricia Pritzker - Chapeau Argentina

Llega el estreno de Noche Americana, una comedia negra de suspenso y ópera prima en cine de Alejandro Bazzano, director de varios capítulos de La Casa de Papel y otras importantes series del panorama audiovisual español, como Mar de Plástico, La Madame y Los misterios de Laura.
Gracias a la relevancia y el reconocimiento internacional que ha cobrado Bazzano en estos últimos tiempos, fue convocado por la producción Bourke a filmar en Uruguay, durante cinco semanas del 2020, este proyecto basado en el guión original de Sergio Teubal y Carina Catelli, con la adaptación de Rodrigo Spagnulo.
Protagonizada por Florencia Raggi y Alan Daicz, la historia comienza en el aeropuerto de Roma, cuando el vuelo hacia Buenos Aires del joven músico Iván se cancela. Trasladan a los viajeros del vuelo a pasar la noche en un hotel, y es ahí en donde Iván conoce a Michelle Simon, una deslumbrante estrella de cine argentina, 20 años mayor que él. Por medio del envolvente jazz y de la cautivante fotografía, la noche en el hotel se transforma en un ambiente onírico para el joven Iván cuando la célebre actriz lo invita a formar parte de una aventura romántica. Pero el sueño se vuelve pesadilla con la aparición del marido y de la hija de la actriz, convirtiendo la noche de pasión en un turbulento destape de oscuras crisis familiares y emocionales.
La creciente tensión se sostiene por medio de las buenas y sólidas actuaciones del elenco, que se completa con Rafael Ferro, Luis Cao y Sofía Lara. El suspenso de la historia se va desenvolviendo por los pasillos del laberíntico hotel, en donde los personajes se entrelazan y se embrollan hasta terminar todos involucrados en un desatado desenlace.
De una comedia romántica de enredos se transforma escalonadamente en una comedia negra, en donde los espectadores irán descubriendo, junto al joven protagonista, los secretos sucios y ocultos que se esconden en la sombra de la reluciente actriz, y verán hasta dónde estará ella dispuesta a pagar el precio que, a veces, conlleva la fama.