No te preocupes, no irá lejos

Crítica de Marcelo Cafferata - El Espectador Avezado

John Callahan tenía 21 años de edad cuando sufrió el accidente que lo dejó cuadriplégico. Con un historial de adicciones, que pese a este accidente, jamás pudo abandonar por completo, John de todos modos, tuvo una personalidad tal que su actitud nunca ha sido la de querer dar lástima por su condición.
Nunca buscó la compasión o la conmiseración y justamente por eso, a pesar de su lado más oscuro y de los ribetes dramáticos de la historia, “NO TE PREOCUPES, NO IRA LEJOS”, la nueva película de Gus Van Sant, es básicamente una historia de superación frente a las grandes adversidades.
Callahan desde su silla de ruedas se convirtió en un ilustrador y humorista enormemente talentoso y sus caricaturas en blanco y negro estuvieron cargadas de humor negro, de una mirada irreverente sobre las situaciones que retrataba y con un cinismo extremo en sus dibujos, sin ningún tipo de concesiones.
Llegó a participar en publicaciones como “Playboy” o “The New Yorker”, que despertaron siempre las reacciones más diversas e incluso, hasta quejas y comentarios muy adversos de sus lectores. No había límites para Callahan: podía hacer humor con los discapacitados, meterse de lleno en la burla a referentes políticos o personalidades importantes de aquel momento, y llegó a escribir diez libros y crear dos programas de televisión animados y un cortometraje basado en sus dibujos.
Obviamente que esta historia se encuentra teñida por el ojo de Gus Van Sant, director y co-guionista de este film basado en el propio libro de las memorias de Callahan.
Van Sant ya había abordado en otras oportunidades relatos biográficos, como la recordada “Milk” con Sean Penn sobre la vida de Harvey Milk, el activista gay en San Francisco en plenos años ’70 y “Last Days” un relato ficcionado sobre los últimos días de Kurt Cobain, el líder de Nirvana.
Y el tono que le imprime a “NO TE PREOCUPES, NO IRA LEJOS” tiene su impronta característica como pudimos apreciar en sus trabajos que van desde la hollywoodense “En Busca del Destino – Good Will Hunting” con Robin Williams y Matt Damon, ganador del Oscar al mejor Guión, hasta trabajos de corte más independiente como “Elephant” o “Paranoid Park” sobre los hechos de violencia y el uso de las armas en la sociedad norteamericana, pasando por uno de sus primeros trabajos, arriesgado y transgresor como “Drugstore Cowboy” o el que lanzó la carrera de Nicole Kidman en un rol que le permitió un gran lucimiento en “Todo por un sueño”, uno de sus mejores filmes.
También hay tropiezos en la carrera de Van Sant como “The Sea of Trees” con Naomi Watts y Matthew Mc Counaguey, no estrenada comercialmente en Argentina o la remake de “Psicosis”, pero en todos y cada uno de sus trabajos, Gus Van Sant demuestra que su cine cuenta con su estilo y su particular abordaje de ciertas situaciones y por sobre todo, estando siempre presente su humor políticamente incorrecto, que comparte con el personaje de Callahan, eje central de este estreno de la semana.
Si bien la estructura es formalmente la de un biopic sin alejarse de los convencionalismos, Van Sant se encarga de que “NO TE PREOCUPES, NO IRA LEJOS” también cuente con su tono distintivo.
Propone desde el inicio una ruptura de la narración lineal: la historia se cuenta y se desarrolla de una forma más dinámica que en un biopic tradicional. Es así como la información no respeta ningún tipo de cronología y vamos abordando la historia de Callahan desde diferentes momentos de su vida.
Es muy creativo el paralelo que traza desde un discurso de Callahan al recibir un premio por su obra y el mismo discurso en la presentación de su historia en su una reunión del grupo de Alcohólicos Anónimos.
A partir de ambos discursos, el relato se bifurca, va y vuelve en el tiempo y de esta forma se arma el rompecabezas de cómo fue el accidente que cambió su vida y alternativamente ver el antes y después del hecho hasta que confluyan ambos tramos de la historia.
Van Sant elige, aún con sus licencias, respetar la estructura biográfica sin alejarse demasiado de los esquemas y le da mayor relevancia a esa redención que atraviesa el personaje, intentando exorcizar sus fantasmas interiores.
Para esto, irremediablemente debe pasar por todas las “estaciones” que el relato requiere: apuntes sobre su adicción al alcoholismo, el síndrome de abstinencia, su rehabilitación motriz después del accidente, el descubrimiento de su talento con el dibujo, las reuniones de Alcohólicos anónimos y arma de esta forma con esos mosaicos, la historia de Callahan y su posibilidad de reinventarse.
Obviamente “NO TE PREOCUPES, NO IRA LEJOS” no tendría ni la contundencia ni la empatía que logramos con el personaje, si Joaquín Phoenix no estuviese en pantalla. Su Callahan es perfecto, medido cuando tiene que serlo y desbordado cuando las circunstancias lo requieren.
Tierno y arrogante, frágil e impenetrable, pasa por todas los matices y tiene momentos de gran lucimiento y sobre todo, maneja a la perfección el humor que la película requiere, resolviendo a través de su ironía, algunas situaciones imprevisibles que sorprenden.
Que Phoenix es un gran actor ya lo sabemos y bastan un puñado de sus actuaciones como las de “Her” “Hombre irracional” “Gladiador” “The Master” o “Johnny and June” para comprobarlo. Y su trabajo en esta película suma una gran actuación más a su lista. Pero Van Sant lo rodea de un elenco secundario impecable, quizás para fortalecer lo que la historia y el guion no pueden.
Jonah Hill como el coordinador de Alcohólicos Anónimos enfermo de SIDA en plenos ´80, puede lucirse en un papel fundamental dentro del filme y seguir reafirmando el giro que ha dado en su carrera y su crecimiento como actor, con una química perfecta junto a Phoenix.
Pero también Rooney Mara, como la enfermera que terminará teniendo una relación amorosa con Callahan y Jack Black como Dexter, el ángel negro que se cruza en una noche de alcohol y provoca el accidente que dará un vuelco a su vida, están formidables.
“NO TE PREOCUPES, NO IRA LEJOS” se transforma de esta manera más en una película de personajes, con un gran lucimiento actoral de todo el elenco que en una historia novedosa.
Como plus, la mano de Van Sant en la dirección siempre aporta oficio y despierta interés pero, en este caso, son los actores los que estructuran, sostienen y hacen que el filme no decaiga y nos mantenga atentos en todo momento.