No soy tu mami

Crítica de Mariana Mactas - TN - Todo Noticias

Paula (Julieta Díaz) es periodista en una revista femenina en crisis. Y cuando todo lo que proponen para reflotarla le parece convencional y estúpido, se lanza a publicar una columna blog sobre chicas como ella: solteras sin apuro y, sobre todo, convencidas de que no quieren ser madres. Como las de Carrie Bradshaw en Sex&City, sus columnas pronto se viralizan y se convierten en un éxito. Con un amigovio que la acompaña de vez en cuando (el no actor Sebastián Wainraich, elección difícil), y en un departamento lindo de sitcom, Paula va con aire de quien no necesita nada. Entonces, un vecino nuevo y atractivo (Pablo Echarri) se muda al departamento de al lado. Él también está solo (su esposa en Finlandia, sin regreso a la vista), pero no exactamente: tiene una hija de cinco años a la que cría con la ayuda de una amiga que hace las veces de niñera y se llama Mollo (Daniela Pal). Y en el primer encuentro fortuito, ella lo ayuda tras un pequeño accidente doméstico, cuidando de la nena.

No soy tu mami es una comedia romántica argentina de las de siempre, con personajes que gesticulan y hablan a los gritos como si estuvieran sufriendo un ataque de nervios. Con un enredo central muy pariente de Sin hijos, de Ariel Winograd, en la que el personaje de Maribel Verdú tampoco quería saber nada con la maternidad. Una historia, en este caso, pergeñada por la actriz Celina Font, con Julieta Díaz y Marcos Carnevale. El director de Elsa y Fred, El fútbol o yo o Inseparables le imprime al asunto una dosis de ternura que suma, en la dicotomía clásica entre independencia y compromiso, hijos o libertad. Pero no puede evitar caer en estereotipos, subrayados y obviedades que desgastan la historia, como un producto masticado y previsible. Aunque quizá lo más irritante de No soy tu mami está en ese planteo, que Carnevale ha llamado "humanista" y no "feminista", pero que termina encauzado en el más conservador y anticuado de los modelos. Problemas que salvan sus protagonistas, haciendo eso (el galán papito, la romántica en el fondo) que saben hacer con oficio y gracia.