No soy tu mami

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

La nueva comedia de Marcos Carnevale, "No soy tu mami", intenta sumarse a la ola de empoderamiento femenino sin entender demasiado de qué va el asunto.
Una película tan falaz y arbitraria, como anticuada. La solvencia de sus protagonistas logra rescatar algunos momentos. Una periodista empoderada, libre e independiente, que escribe para una revista femenina, pero reniega de los artículos banales, y aspira a tratar temas de actualidad.
Ante la caída de ventas de la revista, es obligada a presentar una serie de notas que sean del tópico regular de la revista. Basándose en un personaje femenino que expresa todo lo que ella no es, decide escribir una columna en la que expondrá teorías reafirmando su postura feminista, la cual resultará un éxito que la pondrá en boca de todos.
Para esto, utilizará a un hombre al que engañará, sin darse cuenta que en el trayecto se enamorará y pondrá a prueba todos sus preceptos de coraza, y el amor de ese hombre que la conquistó.
¿Esto es la premisa de "No soy tu mami"? No, es la premisa de "Cómo perder un hombre en 10 días", simpática comedia romántica de Donald Petrie con Kate Hudson y Mathew McConaughey, un clásico de las rom com de principios del Siglo XXI.
Aunque también podría ser la premisa de la nueva comedia de Marcos Carnevale, hombre que ya tuvo algún problema de plagio en su anterior película "El futbol o yo". “Tomar prestada” una idea no sería tan grave, de no ser porque ya pasaron dieciséis años de "Cómo perder un hombre en 10 días", y supuestamente, "No soy tu mami" se venda como una comedia romántica de vanguardia, deconstruida a la luz de la coyuntura actual.
Lo dicho, estamos hablando de la nueva película del mismo director – y la misma protagonista – de "El fútbol o yo", una de las comedia más recalcitrantemente retrógradas de los últimos tiempos, en la cual Julieta Diaz componía a una hierática, enajenada, esposa y madre que berrincheaba frente al fanatismo de su esposo por el futbol, que hacía que no le preste atención a ella, y no la incluya en algún aspecto de su vida social.
Una mujer que dependía tanto de su marido que hasta tenía como anhelo principal que aquel le ponga un local de pastelería. Cualquier parecido con la Coti Nosiglia (Boluda total) de Fabio Alberti y Ethel y Gogó Rojo en "Hay que romper con la rutina" (1974), ¿era coincidencia?
Bueno, no, Paula (otra vez Julieta Diaz, en plan le bajé un cambio a los gritos pelados) no necesita de que un marido le ponga un localcito para que no lo moleste; tiene un trabajo propio. Es más, ni siquiera está casada, tiene una relación de sexo sin compromiso con un compañero de trabajo (Sebastián Wainraich), y no quiere quedar embarazada ni ser madre.
Vive la vida abocada a su profesión. Tiene a su hermana, Eva (Celina Font, que colaboró en el guion), que representa a esas mujeres que viven su embarazo y su maternidad como lo más especial del mundo; y por lo tanto, será el blanco para que Paula nos pueda arrojar toda su diatriba respecto al rol de la mujer de hoy en la sociedad.
Frente a la mirada socarrona, típica de un “no sabe de lo que hablás” de la interlocutora (¿representación del público?) Paula es periodista en una revista femenina que no está atravesando un buen momento, por lo que necesita de un nuevo enfoque.
Su editora (Valeria Lois haciendo ese personaje exasperado que le hacen hacer siempre en cine comercial a esta gran actriz) le pide que cambie su enfoque de noticias de actualidad y se dedique a escribir artículos de interés femenino, para lo cual Paula pensará en una columna sobre “razones para no ser madre”.
Paralelamente, Paula conoce a Rafael (Pablo Echarri) el vecino de al lado, con una hija, con los cuales inmediatamente crea un vínculo de amistad que deparará en romance. Por una confusión, la niña le dirá al resto de las madres del colegio que Paula es su mamá, y esta, lejos de desmentirlo, lo utilizará para sacar jugo a su columna que se convierte en todo un éxito.
Bueno, no, "No soy tu mami" no es un dechado de originalidad. Toma bastante de "Cómo perder un hombre en 10 días", y es un cliché de varias comedias románticas familiares conocidas; hasta la local y más lograda "Sin hijos".
Podríamos decir que mucho, por no decir (casi) todo el cine comercial se basa en ideas ya conocidas y perpetradas. Obviemos también que se sube al colectivo feminista y no sabe cómo manejarlo, que crea un personaje femenino sin ataduras masculinas, patriarcales, y lo va derribando al momento de enamorarse de un hombre a primera vista, y relacionarse con su hija del modo más tradicional.
"Re loca" también entendió mal al feminismo, por lo menos démosle el beneficio de no ser la única. En "No soy tu mami" el asunto es que no sólo hace un falso planteo feminista, sino que su “humor” atrasa tanto, tanto, que termina siendo exactamente el polo opuesto de ese feminismo. No derrapa al nivel de "El fútbol o yo", pero la mira con cariño.
Los personajes son todos estereotipos de la peor clase, con preconceptos anticuados, vetustos. Tal cual sucedía en la ya añeja en su momento "Dos más dos" (2012), la relación de sexo sin compromiso es duramente cuestionada, Wainraich no sólo aparece muy poco en la película sino que cada aparición suya es para remarcar la imbecilidad de su personaje.
Hay otro personaje masculina sexualizado interpretado por un Cristian Sancho tan chongo de manual que hasta va en musculosa a su trabajo de oficinista, y no puede evitar ser stripper aún en el lugar menos apropiado. Eva no es la única mujer supuestamente opuesta a Paula, descartemos a la editora que apenas si tiene algún diálogo sobre un hijo consentido.
El grupo de mamis del colegio son el comic relief de la película en base a ser mujeres reprimidas, que se encargan de todo lo relacionado a sus hijes pese a estar en pareja, predadoras del papi, contrincantes entre sí, mal histriónicas ¿Se podría decir que los chat de mamis son así?
La remetan en una cena “de chicas” en la que el humor será mujeres hablando libremente de sexo (tuppersex incluido), porque mujeres liberadas es una carcajada de sólo pensarlo. El único personaje femenino no reprimido sexualmente, aparte de Paula que tampoco es tan liberal, es una niñera, o empleada doméstica, presentada de la peor forma, el viejo y odiado “marimacho” mal hablado.
El guion es antojadizo, abrupto, tiene varios baches argumentales, y situaciones que tienen que ocurrir sólo para que la cosa avance en el cauce que todos esperamos, no importa cómo. Carnevale abraza el estilo televisivo, no es ninguna novedad. Los planos, el montaje, el uso de la música incidental, y la construcción de los diálogos, responden a un espíritu de telecomedia para el horario en el que la familia se reúne a cenar.
En el medio de todo esto, se encuentra la pareja protagónica. Julieta Díaz y Pablo Echarri son frescos, luminosos, y le ponen todo el carisma que el resto de la película no tiene. La reman, construyen química, y hacen verosímil su relación.
Echarri logra sacar del cliché de galán a su personaje de padre, lo impregna con esa cosa barrial que tanto nos gusta, tan suya. Díaz sonríe y hace que no nos importe más nada.
Ambos merecían un mejor contexto, pero hacen lo suyo con solvencia; son capaces hasta de lucir simpáticos con disfraces de fruta. Es justo decirlo, "No soy tu mami" tendrá a su público fiel. Carnevale es un director que sabe cómo capturar la atención de una taquilla sin exigencias, y a ellos va dirigida esta comedia que se viste de empoderada para debajo seguir teniendo los mismos paradigmas de siempre. No le pidan otra cosa.