No se aceptan devoluciones

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

La paternidad menos prevista

Valentín (Eugenio Derbez) vive en Acapulco y sólo piensa en mujeres y diversión hasta que aparece una chica norteamericana de la que no se acuerda, pero que le entrega una beba, que según ella es su hija y se va de vuelta a su país.

El pobre Valentín, bien acompañado por tres señoritas hace todo por impedir que la niña se quede con él, sin embargo se dará cuenta que es capaz de las cosas más increíbles para mantenerla a su lado en los próximos seis años. Hasta acepta un trabajo de doble de riesgo en la baja California, mientras su hija, Maggie (Loreto Peralta) y él, logran una unión increíble. Pero entonces vuelve Julie (Jessica Lindsey), la madre ausente, ésa que él ayudó a extrañar escribiendo las cartas con su firma que su hija Maggie recibía ansiosa, siempre preguntando por qué no venía a verla.

LO MELODRAMATICO

"No se aceptan devoluciones" es una comedia de tinte melodramático protagonizada por una importante figura del espectáculo mexicano, Eugenio Derbez, que oficia de director y actor. Divertido cuando no carga las tintas en lo gestual, Derbez forma una encantadora dupla con la pequeña Loreto Peralta. Hay química entre ellos y se disfruta siguiéndolos en su historia de vida poblada de lugares comunes, vueltas melodramáticas y habitaciones Barbie (la escenografía de la casa de Valentín ocupada por esa suerte de "juguetería" que formó para su hija, es digna de una vidriera de la publicitada muñeca).

La película está bien construida, aunque con exceso de metraje. Tiene momentos de humor, algunos medio localistas y conflictos previsibles y poco verosímiles, pero se la ve como la comedia amable de un irresponsable convertido en padre.

Eugenio Derbez divierte a veces con su humor directo y es natural la actuación de Loreto Peralta, hija en la vida real de un millonario dueño del popular equipo de baseball "Tigres de Quintana Roo".