No respires

Crítica de María Almazán - Cinergia

No le temas a la oscuridad

Contadas son las oportunidades en las que experimentamos aplausos del público en plena proyección de un estreno. Así se canalizó la euforia de los espectadores en la premier de No respires (Don't Breathe) de Fede Álvarez. Son varias las sensaciones que genera su nueva película: desde ganas de cerrar los ojos bien fuerte y comentarla en voz alta, a reír nerviosamente y, de manera muy acertada, a contener la respiración.
Fede Álvarez se dio a conocer cuando su corto Ataque de pánico! (Panic Attack, 2009) llamó la atención de la productora Ghost House, especializada en películas de terror y fundada por el gran Sam Raimi (director de las tres partes de Posesión Infernal y las tres Hombre Araña de los 2000, entre otras) y el productor Robert Tapert. Fue entonces cuando Raimi lo eligió para escribir y dirigir la remake de Posesión infernal (Evil Dead, 1981), una de esas obras maestras que en algún momento pensamos que sería mejor no tocar. Lo cierto es que la dirección y enfoque de Álvarez sobre el clásico de los 80 sorprendieron y, con su estreno en 2013, dejaron a más de uno con ganas de ver nuevas historias del director uruguayo. Tres años después llega la vertiginosa No respires, con guion original de Álvarez y Rodo Sayagues, quienes colaboran juntos desde sus inicios.
La trama es sencilla: tres ladrones (Jane Levy, Dylan Minnette y Daniel Zovatto) entran forzadamente a la casa de un veterano de guerra ciego (Stephen Lang) con el afán de hacerse con una enorme fortuna, pero lo que parecía una tarea sencilla se convierte en un suplicio al descubrir que el anciano es más amenazante de lo que creían.
Hoy día es difícil para una película de terror ser completamente novedosa. Sin embargo, con casos como El conjuro (The Conjuring, 2013) quedó claro que con nuevos enfoques puede hacerse una película refrescante a partir de una premisa similar a tantas otras. En el caso de No respires, por momentos podemos pensar en reminiscencias de La habitación del pánico (Panic Room, 2002) con Jodie Foster y una pequeña Kristen Stewart, o la más reciente Silencio (Hush, 2016), con personajes debilitados por la falta de algunos de sus sentidos y encerrados en una locación. Sin embargo, Fede Álvarez sabe que el giro que tiene entre manos es interesante y aplica su enorme talento para la dirección de manera impecable. En conjunto con el director de fotografía Pedro Luque (con La casa muda de Gustavo Hernández y el mismo Ataque de pánico! entre sus trabajos), Álvarez elige un sinfín de planos secuencia y cámaras inquietas que siguen a los personajes y guiñan a los espectadores con detalles de elementos que serán fundamentales avanzada la historia. La iluminación también tiene un papel fundamental para generar tensión, sensación que el director sabe generar a la perfección y mantiene durante los 88 minutos que dura la película.
Sobre el cast, es pequeño pero eficiente: tras Posesión infernal, Álvarez elige nuevamente a Jane Levy como protagonista (¿la Scream Queen de nuestra generación?), quien se destaca por su versatilidad entre la determinación y el pavor. Sin embargo, la verdadera joya es Stephen Lang. Con 64 años, la simple imagen de su cuerpo es imponente y memorable, logrando intimidar aún en las escenas en las que no está físicamente presente. Esto es parte del triunfo del guion, que desarrolla los personajes al nivel de plantearle al espectador las ganas de elegir un bando al que apoyar y luego dudar de su elección al descubrir que en esta historia no hay buenos ni malos.
No es secreto que cine de terror independiente esté pasando por un excelente momento, desde The Babadook (2014) a Green Room (2015), a diferencia de los grandes estudios que apuestan a películas más reiterativas como la vuelta de la franquicia de La llamada (The Ring 2002) con el próximo estreno de Rings, dirigida por el español Francisco Javier Gutiérrez. En este clima y teniendo detrás una productora importante como Ghost House, No respires es una rareza, ya que trae una buena cantidad de sustos no gratuitos y buenos momentos de suspenso a la pantalla grande.

Desafortunadamente tiene algunos giros de más hacia el final y da la sensación de querer terminar más de una vez, pero si podemos dejar estos detalles de lado, No respires es de aquellas pocas películas del género terror actual que prometen, y cumplen.