No respires

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Ataque de Pánico (2009) es un corto que cuenta una invasión extraterrestre a la ciudad de Montevideo. Salió en su momento 300 dólares, y era muy original y fresco. Fue todo un éxito y llevó a su director, Federico Álvarez, a los campos dorados de Hollywood (lo pueden encontrar en YouTube. Tiene más de 7 millones de vistas). Allí se topó nada más ni nada menos con un trabajo pesado: realizar la remake de “Evil Dead: Diabólico” (Evil Dead, 1981), y encima supervisado por Sam Raimi, Bruce Campbell y Robert Tapert, el trío original del film. Salió airoso de esta prueba junto a su amigo, colaborador habitual y guionista Rodolfo Sayagués.

Ahora este dúo, junto a la protagonista de ese film Jane Levy, más Raimi, Tapert y el compositor Roque Baños, vuelven a repetir en “No Respires” (Don’t Breathe, 2016), uno de los mejores largometrajes de terror de la última década.

Rocky (Jane Levy), Money (Daniel Zovatto) y Alex (Dylan Minnette) es un trío de amigos que se dedica a entrar a casas para robarlas. Money es la fuerza bruta, el que roba casi por placer. Rocky quiere juntar el suficiente dinero para llevarse de la ciudad a su hermanita pequeña y que se críe un ambiente mejor, y Alex es el que consigue las llaves e información de las viviendas, ya que su papá trabaja en una empresa de seguridad que les provee alarmas a los hogares.

Y, además, casi que se dedica a esto porque está totalmente enamorado de Rocky. Cada robo que realizan los jóvenes está perfectamente planificado, y ahora han encontrado el objetivo perfecto: entrar en la casa de un ciego que, aparentemente, tiene una importante suma de dinero guardada allí. Además, vive en un barrio alejado y, prácticamente, no tiene vecinos. Es el atraco perfecto, y el golpe que podría hacer que dejen de delinquir de una vez y para siempre. Están seguros de que este robo es pan comido, pero después que entren se verán envueltos en una escalofriante lucha por sus vidas.

“Posesión Infernal” (Evil Dead, 2013) fue la presentación de Fede Álvarez en Hollywood, pero ese film tenía mucha carga encima: era una remake, estaban los antiguos realizadores respirándole en la espalda, tenía que cargar aunque no lo quisiera con toda la mística de ese clásico. No debe haber sido fácil. “No Respires”, en cambio, es de su propiedad. Y se nota mucho. Álvarez se permite jugar, probar, exigir, cambiar, divertirse, y como consecuencia tenemos una obra maravillosa. Esta película asusta y tiene al espectador aferrado a la butaca, y sin tener un fantasma, demonio o criatura monstruosa asustando a la gente. ¿Hace cuánto que no ven un film de terror que los asuste sin ninguna de esas cosas? Pero no sólo eso porque además nos hace sufrir con los protagonistas y, si en un momento se encuentran no respirando al igual que ellos, es ahí en donde van a notar lo bien que está hecha. Los actores están muy bien dirigidos, con un Stephen Lang que puede lograr que cualquiera se haga pis encima. Los silencios, los colores, las luces, la oscuridad, los sonidos, la ausencia de música, la banda sonora imperceptible, todo en su conjunto hace de “No Respires” un largometraje imperdible.

Piedra libre para los banderines del Club Atenas de Montevideo y de Peñarol que este hincha fanático se da el lujo de mostrar en alguna escena. Para aplaudir de pie el plano secuencia que utiliza para mostrar la casa y a los jóvenes irrumpiendo en ella que es descomunal. Y otra cosa genial son las vueltas de tuerca y giros que tiene que suman siempre y son bastante inteligentes.

Dense la oportunidad de que “No Respires” los deje sin aliento y pidiendo por una bocanada más de aire. Lo van a disfrutar.