No renuncio!

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Comedia social a la italiana

No Renuncio juzga con humor a la sociedad italiana en general. El protagonista tiene un puesto fijo en el estado, lugar del que no pueden echarlo, y por eso hace de todo menos trabajar. Al no aceptar un retiro voluntario, lo transfieren lejos de su hogar y allí encontrará el amor. Los gags serán siempre simples, pero provocarán un rumor de risa en la audiencia.

Este filme se transformó en la película más taquillera del cine italiano, con un éxito que viene arraigado de su carácter social y crítica al italiano promedio y la sociedad italiana en general, juzgándolo con humor.

Checco Zalone (interpretado por el actor Checco Zalone, curiosamente) es un hombre que vive su sueño de pequeño: tener un puesto fijo en el estado, lugar del que no pueden echarlo, por lo que durante sus días hace de todo menos trabajar.

Desde el otro lado de la pantalla se intenta dar la impresión de que es una situación común en Italia, por lo que la comedia fluye sin mucho argumento y con chistes simples, pero efectivos.

Debido a los recortes en el presupuesto del gobierno, Checco es convocado al ministerio para dejar su amado puesto de trabajo a cambio de una indemnización, también llamado “retiro voluntario”, aunque más que nada obligado. Como no quiere aceptar el dinero que le ofrecen, a sus empleadores sólo les queda transferirlo lejos de su hogar, con el fin de que afloje en su oposición: es enviado al Polo Norte noruego, para hacer un trabajo de campo, donde se enamora de la investigadora a cargo, Valeria (Eleonora Giovanardi).

Desde allí comenzará un conocimiento de su propia personalidad y al conocer otra cultura, saber qué defectos y virtudes tiene la suya. Los gags serán siempre simples, pero provocarán un rumor de risa en la audiencia, que se verá satirizada hasta el hartazgo durante todo el largometraje.