No quiero ser polvo

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

El personaje es iinteresante de ver como una rara representación de una protagonista femenina mayor, es claramente una persona solitaria a la que la vida le pasa de costado.

El filme es un ejemplo de bajo presupuesto, construido a partir de planos generales a primeros planos, pasando por planos enteros. No hay música incidental que perturbe o manipule. Respecto de al dirección de fotografía todo esta realizado para que se vea, tratando de ponderar el guión que termina siendo demasiado sencillo.

El filme es una coproducción entre México y Argentina, más allá de nombrar a la Universidad de Buenos Aires y a la ciudad misma un par de veces, cuenta entre los personajes, uno muy secundario, que no solo habla como porteño, sino que además esta tomando mate, para que no queden dudas.