No me mates

Crítica de Rosana López - Fancinema

VIVIR DESDE LA MUERTE

El verdadero fin del documental No me mates, de Gabriel Arbós (Carlos Monzón, el segundo juicio), no es ganar la perfección narrativa y/o técnica en un festival especializado en historias de no ficción, sino contar un duro relato de vida con resultado esperanzador y, por sobre todo, concientizar sobre la lucha contra la violencia de género tan establecida en nuestra sociedad, aún judicial y socialmente bastante machista y burocrática.

El relato de Corina Fernández, sobreviviente a los disparos de su ex pareja aunque tres le han dado en un pulmón -en el cual dos balas aún se encuentran alojadas y su extracción complicaría su salud-, es considerado un emblema de la lucha contra el femicidio en Argentina. Es el primer caso legalmente reconocido con una víctima que logró salvarse para contar su experiencia. Fernández desglosa cómo fue su enfermiza relación durante 17 años con quien fuera su marido, los maltratos en principio psicológicos y luego físicos que tuvo que soportar durante la convivencia, y el acoso luego de separada. Con casi 80 denuncias que se acumulaban en una comisaría, Fernández no tuvo ningún amparo del Estado hasta la tentativa de asesinato en plena calle por parte de su ex concubino.

Esta historia cruda y triste entremezcla el testimonio real de Corina con partes dignamente ficcionadas, gracias a las actuaciones de Ana Celentano y Alejo Pinto, quienes representan toda su relación, desde el inocente noviazgo con su victimario, la formación posterior de una familia y la encarcelación de su ex marido. Son múltiples las referencias a la temática: desde letras de Soda Stereo que coquetean con la cuestión violenta a imágenes de la película sobre el juicio a Monzón que el personaje de Corina mira desde el televisor en su cama. Referencias que resultan un poco forzadas a la narración, que ya de por sí es fuerte y dolorosa. Tal vez sea un capricho autorreferencial y/o promocional que el director quiso innecesariamente imponer. Nunca lo sabremos.

Sin embargo, No me mates logra hacer mella y generar recapacitación sobre un tema tan en boga que logró establecerse hace pocos años con firmeza dentro del apartado de los derechos humanos. Por suerte esta película se vuelve un material de denuncia que alerta sobre cuáles son los indicios de una relación tóxica entre dos personas que se “aman”, y cómo la figura femenina entra en una situación donde pierde sus derechos.

No me mates es correcta en su concepción y estremece con el odio impuesto sin razón por un imbécil dominante y el martirio que una mujer tuvo que soportar, en el que tristemente unas balas fueron la llave de su salvación.