No existen treinta y seis maneras de mostrar cómo un hombre se sube a un caballo

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Un sorprendente y creativo documental de Nicolás Zukerfeld, que es por un lado una mezcla de ficción y realidad sobre el origen de la famosa frase de un director clásico, que da título a este trabajo y a la vez una justificación para revisitar el cine de un realizador casi olvidado de supuestas firmes convicciones sobre el lenguaje cinematográfico. Convicciones y saberes que se resignifican hoy. No solo se recorren las películas de Raoul Walsh con un trabajo de investigación y montaje laborioso y formidable, donde veremos a famosos subiendo a caballos en distintas situaciones, sino personajes entrando a una escena por una puerta y otras acciones. También es un homenaje, una declaración de amor sobre sus westerns. Y en la segunda parte otra laboriosa investigación cinéfila sobre si dijo o no la frase citada por Edgardo Cozarinsky y realmente cómo y cuando fue dicha. Asi como alguna vez se le atribuyó una frase a sir Laurence Olivier sobre el laborioso raid de Dustin Hoffman para “Perdidos en la noche” (usar zapatos más chicos, cojear durante días, no bañarse, vivir con marginales). El inglés se pregunto “pero porque no actuó?…” Esta indagación también apunta no solo a lo dicho o citado, sino a una verdadera definición sobre lo esencial. En este caso del lenguaje cinematográfico. Con un resultado encantador y tan bien realizado.