No estoy loca

Crítica de Mishell Patiño - Metafilmika

Todos tenemos un lado loco
Tener la mejor casa, el mejor auto y los mejores amigos, no te garantiza tener la felicidad. El comprender que las cosas no son lo que parecen puede ser doloroso, sin embargo, descubrirte a ti mismo es la mejor de las recompensas.
No estoy loca (2018), comedia chilena del director Nicolás López, sigue a Carolina (Paz Bascuñán) quien tiene una vida perfecta, hasta que descubre que no puede tener hijos… el mismo día que su esposo Fernando(Marcial Tagle) la deja por su mejor amiga Maite (Fernanda Urrejola) a quien acaba de dejar embarazada. El quiebre emocional hará que Carolina pierda sus cabales, razón por la que es internada en una clínica psiquiátrica, donde conocerá a un grupo de "locas" que la ayudarán a sanarse y reencontrar su camino.
La dirección de López centra los primeros planos en Bascuñán para detallar sus expresiones, además del uso de su personaje como eje de composición y reflejar su inestable estado emocional.
La historia combina drama y comedia, el elenco brinda actuaciones sólidas entre las que destacan Antonia Zegers. No obstante, su guion se esfuerza en enfatizar todos los conflictos a los que se enfrenta la protagonista sin oportunidad a experimentarlos. Hay cierta inspiración que recuerda a (Girl, Interrupted, 1999), sin embargo aquí el manejo de la comedia no se integra bien con los temas a tratar.
"Una película para divertirse y de buenos mensajes, aunque el desbalance entre estos puede confundir a la audiencia"