No estás solo en esto

Crítica de Rosana López - Fancinema

Problemas en escala

La definición de documental nos acerca aquella cuestión cinematográfica, apartada de la ficción, donde prevalecen los testimonios reales de personas, agrupaciones o entidades y todo tipo de documentación que lo vuelve una obra de interés científico, social, cultural relevante para llamar la atención a nivel informativo y/o pedagógico necesario sobre determinada cuestión. No estás solo en esto, de la escritora y periodista cinematográfica Milagros Amondaray, no cumple con ninguna de las premisas anteriormente enunciadas ya que el cómo opaca a lo que se cuenta.

Claro está que resulta fácil decir que una obra es mala sin tener en cuenta los procesos y tiempos fílmicos complejos que determinaron la producción de un proyecto plasmado, en este caso en un documental. Sin embargo, el problema primordial es que este producto parece estar más asociado a un capricho personal/grupal que para sentar un precedente noticiable o de archivo en la sociedad. No estás solo en esto surge como resultado de un famoso blog nacional llamado Cinescalas, donde Amondaray, redactora digital en el diario La Nación, buscó un escape terapéutico a sus ataques de ansiedad para hablar sin tantos términos académicos acerca de su pasión cinéfila junto a otros lectores en su misma posición.

La historia de Amondaray parecía interesante al contar las relaciones del grupo e individuos que conforman ese sitio web, pero el eje se desdibujaba al no decidirse entre documentar a un grupo de adultos y adolescentes que ponen peso a la cuestión cinematográfica con intercambio de opiniones sobre determinadas obras, o centrarse en los problemas de socialización emergente, soledad, búsqueda de amistad o el hecho de compartir un pasatiempo como una alternativa saludable y de autoayuda. No estás solo en esto pone foco en el acercamiento de las redes sociales a través de la frialdad de los dispositivos tecnológicos, en tiempos donde con tantos adelantos en informática vivimos cada vez más aislados y atomizados en el confort de nuestro hogar, pero Amondaray no delimita la temática y confunde al espectador.

El proyecto, financiado por la plataforma colectiva Ideame, superó las expectativas monetarias con un pozo de más de 25.000 pesos aunque su directora no supo aprovechar las herramientas otorgadas. Tal vez al producto le faltaba mayor maduración con las complejidades que requiere un documental. El recurso de musicalización que busca generar clima emocional durante los testimonios resulta innecesario y recurre al golpe bajo para ejemplificar. Y eso se debe a que la sensibilidad ya estaba instalada, por lo que resulta forzado enmascarar los ricos testimonios.

Como si fuera poco, No estás solo en esto presenta graves errores de edición en los comienzos de la historia. Esos errores se trasladan a presencia de ruidos en audios como altibajos sonoros: el ejemplo más destacado resulta el testimonio en portugués de uno de los integrantes del blog Cinescalas cuya voz se encuentra distorsionada por la mala calidad del micrófono otorgado.

Son cuestiones básicas y primordiales para gestar un documental, las cuales deben ser evitadas por entendidos en el tema. Y todo ello es una lástima, porque los fondos satisfactoriamente obtenidos no hicieron honor al producto documentado final, que se vuelve denso e incompresible para el espectador, perdiendo toda chance de impacto.