No dormirás

Crítica de Gaspar Zimerman - Clarín

Los peligros del insomnio
Un elenco de teatro ensaya una obra en un neuropsiquiátrico abandonado en esta película de terror con Eva de Dominici.

Si en Pesadilla de Wes Craven la cuestión era no dormirse para evitar caer en las afiladas garras de Freddy Kruger, en No dormirás la premisa se invierte: las criaturas maléficas aparecen a medida que se van acumulando las horas de insomnio. Todo un problema si uno es actor y trabaja a las órdenes de una directora como Alma Böhm, que tiene a la falta de descanso como método para conseguir las mejores interpretaciones.

“Sin locura no hay creación” es el leit motiv de esta teatrista, dueña de una exigencia al borde de la psicopatía, que decide montar, en un neuropsiquiátrico abandonado, una obra escrita por una de las pacientes internadas allí alguna vez. Para eso, se instala junto a todo el elenco en el lugar, con la consigna de que los actores no duerman, porque sostiene que el insomnio abre las puertas de otra dimensión y quiere propiciar los encuentros con las entidades que habitan el otro lado.

Efectivamente, en el lugar empiezan a suceder hechos extraños. Pero también ocurre que, después de un planteo inicial atrapante, la película se desinfla y entra en una meseta que no está a la altura del suspenso creado hasta entonces ni el terror prometido en los trailers. Hay, apenas, un par de sobresaltos menores, y a medida que avanza, la historia se enreda en explicaciones confusas que diluyen cualquier atisbo de profundidad dramática creada hasta entonces.

Lo más interesante del guión son el detrás de escena teatral y la enfermiza relación entre la directora y sus dirigidos. Pero es un aspecto que termina quedándose a mitad de camino, contaminado por lugares comunes del género (una vez más, los secretos que se esconden en un siniestro edificio abandonado) o diluido por superfluas historias secundarias (como el vínculo entre Bianca -Eva de Dominici- y su padre). Dentro de este panorama, son las actuaciones las que sostienen la película, sobre todo las de una sorprendente Eugenia Tobal y la española Belén Rueda, con todo el carácter y la presencia que requiere su villana.