Ni héroe ni traidor

Crítica de Patricio Ferro - Loco x el Cine

Ni héroe ni traidor es una película argentina dirigida por Nicolás Savignone que transcurre en 1982, y retrata la crisis que atraviesa Matías, interpretado por Juan Grandinetti, que es convocado como soldado en la guerra de Malvinas. Y lo acompaña un elenco formado por Rafael Spregelburd e Inés Estévez como sus padres, Verónica Gerez como su novia, Agustín Daulte y Gastón Cocchiarale entre otros.

El guion, coescrito entre Nicolás Savignone, Pío Longo y Francisco Grassi cuenta la crisis de Matías, un joven que luego de terminar la conscripción es llamado como soldado para combatir en la guerra de Malvinas. Pero esta noticia afecta también a su ámbito familiar, a su novia, y a sus amigos, quienes toman diferentes decisiones al respecto.

Entre los aspectos a destacar se encuentra la dirección de fotografía, a cargo de Inés Duacastella y Agustín Mendilaharzu, quienes demuestran su talento en la belleza de los planos generales. Así como también el diseño de producción y el vestuario, que reconstruyen esos años con muy pocos recursos, y evitando caer en los clichés. Porque Ni héroe ni traidor es una película intimista, que usa una puesta en escena minimalista donde dice más lo que se encuentra fuera de campo que lo que se puede ver en pantalla, ya que como en Jardines de Piedra, su director pone el foco en lo que ocurre en la civilización mientras transcurre el combate.

Pero el punto en contra que tiene esta película son las actuaciones de los amigos de Matías. Porque al igual que él atraviesan la misma crisis, aunque toman decisiones opuestas, que invitan al debate. Pero no logran transmitirla ni con sus expresiones ni con sus diálogos, que parecen forzados, quitándoles verosimilitud a sus personajes.

En conclusión, Ni héroe ni traidor es una película que invita al debate sobre las diferentes actitudes de los personajes frente a una guerra que no se muestra, pero se hace presente de forma constante mediante el fuera de campo. Y lo bueno es que no baja línea, sino que invita al espectador a que saque sus propias conclusiones.