Ney, nosotros, ellos y yo

Crítica de Walter Monzón - Cinergia

Relatos de guerra

Partiendo de la base de un documental que no pretendía ser tal, un viaje que no pretendía ser el que fue y una aventura que se desató como una lluvia de revelaciones y tormentos, NEY, abreviatura de ¨Nosotros, ellos y yo¨, se nos presenta desde un punto de vista lo suficientemente imparcial para comprender el mensaje de manera simple y rápida; la violencia no soluciona conflictos.
Nicolás Avruj debuta como director con este documental que llevó 15 años terminarlo y el cual se presenta esta semana como el único estreno de su tipo en las salas nacionales.
Si bien los encuadres, el montaje o los diversos aspectos técnicos no sobrepasan lo convencional, NEY consigue sencillamente transmitir un claro mensaje de paz y diálogo desde las vivencias del mismo director, el cual según sus propios relatos, volvería con una visión muy distinta de la realidad vivida en el conflicto entre Israelíes y palestinos.
Mostrando el día a día desde el relato de distintos ciudadanos que amablemente le proveyeron asilo, el documental va desatando un sinfín de nudos estructurados de la conciencia ciudadana de ambos bandos, con todo lo bueno y malo que ello conlleva.
La película no pretende demostrar quien tiene o no la razón, sino porqué creen los ciudadanos que debe seguir o terminar la guerra entre ambos bandos, y cómo llegar a una solución satisfactoria para todos.
Si bien no puede decirse que NEY logra ahondar lo suficiente en el conflicto bélico/social que pretende mostrar, sí logra mostrar una visión distinta a la acostumbrada a recibir desde ciertos medios de comunicación y termina trascendiendo el conflicto para mostrarnos el interior de los hogares y ciudadanos que han quedado en medio de una guerra que pareciera nunca terminar, pero la cual queda claro que todos quieren que lo haga lo más pronto posible.

¨Nosotros, ellos y yo¨, como se conoció originalmente, es una buena opción para internarse en el interior del conflicto e intentar desentrañarlo desde la mirada de quienes realmente lo viven en el día a día.