New York, I love you

Crítica de Diego Lerer - Clarín

La ciudad de los corazones rotos

Diez directores en una película colectiva con historias de amor y desamor.

Las películas colectivas son un formato bastante particular y especialmente difícil de analizar como un todo.

New York, I Love You no es la excepción. Se trata de una adaptación a la ciudad estadounidense del concepto de Paris Je t’aime : una serie de cortos, viñetas, en torno a historias de amor o desamor en grandes ciudades.

El productor es el mismo (Emmanuel Benbihy) y la idea es seguir llevando ese concepto a otros lugares, digamos, turísticos (Shanghai, Jerusalén y Río de Janeiro son problables destinos). El concepto no acaba ahí. El sistema incluye dos días de rodaje y ocho minutos de duración, como máximo, por corto.

New York, I Love You tiene diez y uno que funciona a manera de transición/conexión entre los demás.

Así, entonces, hay cortos mejores y peores, y a lo sumo se puede observar cierta similitud estética entre varios (un estilo, llamémoslo, ligeramente publicitario) y algún previsible hilo común, como las vueltas de tuerca “sorpresivas” del final, algo bastante habitual en el formato corto. También, claro, hay un elenco de notables y reconocidos actores.

Destacables hay, apenas, cuatro. Bradley Cooper ( ¿Qué pasó ayer? ) y Drea De Matteo ( Los Soprano ) juegan con su voz en off y sus cuerpos una relación con pasado fugaz y presente misterioso dirigidos por Allen Hughes. Por otro lado, Robin Wright Penn y Chris Cooper, por un lado, y Ethan Hawke y Maggie Q., por el otro, manejan cierta picardía de conquista sexual con finales inesperados, dirigidos por el francés Yvan Attal.

Sin ser un gran corto es un deleite ver el intercambio entre los veteranos Eli Wallach y Cloris Leachman tratando “de caminar” la ciudad en el corto de Joshua Marston, mientras que hay otro pequeño misterio en la relación entre Orlando Bloom, Christina Ricci y un tal Dostoievski, dirigidos por el japonés Shunji Iwai.

Otros, como la noche de graduación entre Anton Yelchin y Olivia Thirlby, dirigidos por Brett Ratner, no pasa del chiste apenas simpático, lo mismo que el cruce entre Andy García, Hayden Christensen y Rachel Bilson en el que dirige el chino Jiang Wen, o el que se establece entre un pintor y una mujer asiática (Shu Qi) en el filme de Fatih Akin.

Natalie Portman decepciona por partida doble. No es su culpa en el corto de Mira Nair (el problema allí es conceptual, de banalidad temática étnico/religiosa de la anécdota), pero sí lo es en el que ella dirige, sobre un hombre latino que pasea a una niña por el Central Park. El más flojo, pese al elenco (Julie Christie, John Hurt), es el de Shekhar Kapur, que parece sacado de otra película.

Cuatro cortos interesantes, seis entre flojos y pasables. El turismo a Nueva York no va a crecer ni se va a caer porque existan más o menos películas simpáticas, pero intrascendentes, como ésta.