Néstor Kirchner, la película

Crítica de Rosa Gronda - El Litoral

Un retrato incondicional

En clave autocelebratoria y realización limitada, la película construye el retrato de Néstor Kirchner a partir de sus discursos más conocidos y los ensambla con filmaciones caseras, testimonios familiares y voces militantes o de puro agradecimiento. Empieza con las afirmaciones de “Vengo a construir un sueño”, pronunciado en la asunción del 2003. Esas palabras de esperanza contrastan con el caos que precedió al inicio de su gestión presidencial: la represión de diciembre de 2001, el vacío de poder, la asunción de cuatro presidentes en tiempo récord y los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Aquí el montaje pasa por los hechos sin referenciarlos, se compactan en un bloque confuso para el espectador no avisado.

De Luque trabaja con material de archivo público y privado, que va intercalando a medida que avanza el relato. Su trabajo pierde rigor periodístico al no identificar las testimonios ni las voces que se escuchan en off, así como también la ausencia de fechas y lugares para ubicarse en el tiempo. Más confuso cuanto más lejos cultural y geográficamente esté el espectador.

La voz en off no tiene aquí una presencia tradicional, solamente se identifica la de los discursos de NK, luego no sabemos quién habla. Se crea la sensación de una voz colectiva que cambia muchas veces, es necesario esperar los créditos finales para enterarse -por ejemplo- que hay un poema de Gelman y otro más, recitado por el actor Federico Luppi, o descubrir que el músico de rock que escuchamos sin ver, tal vez, sea León Gieco.

El desarrollo pretendidamente biográfico deja capítulos vacíos en voluntarias y expresas omisiones, particularmente el tiempo transcurrido en el Sur desde 1976 hasta el regreso de la democracia. Tampoco parecen existir los años 90, que se sintetizan en un fugaz y poco favorecido pasaje de Menem. Después se abunda en glorificadas gestas políticas de los últimos años.

Los momentos más disfrutables son los que muestran su entorno íntimo, allí De Luque abre una puerta hacia un registro espontáneo y creíble, donde sobresalen las entrevistas a la madre de Néstor y de Cristina.

¿Dónde está el piloto?

La película tiene referentes conocidos en la música (Santaolalla) o en la fotografia (Marcelo Iaccarino) pero se nota la ausencia de un director de fuste. En realidad De Luque no era conocida hasta que Caetano (el director propuesto inicialmente) renunció por diferencias artísticas. Así, en nombre de una causa que excede lo cinematográfico la dirección es tan maleable y desdibujada como la voz en off. Sin embargo hay documentales políticos que pasaron a la historia por sus valores artísticos pero no es el caso de Paula de Luque que no consigue tampoco un efectivo film de propaganda. Es cierto que busca la emoción, pero carece de objetividad y registro poético. La cámara no tiene oportunidades de lucirse más allá de los muy bien iluminados paisajes patagónicos o las entrevistas registradas en planos limpios y certeros. También hay formalmente decisiones no justificadas estéticamente como filmar inclinado o acelerar la velocidad para indicar el paso del tiempo. También es necesario decir que a pesar de que se insiste con que es un documental hecho desde el amor, los enemigos ocupan un lugar bien destacado en la manipulación del montaje.

Demasiado emparentada con la coyuntura actual, le falta tiempo y distancia a esta película hecha en un contexto k y por asesores culturales de 6-7-8. Dejo estas líneas consciente de que abundan comentarios a favor y en contra sobre lo narrado y no sobre cómo se narró y que fundamentalmente es un relato que entusiasmará sólo a los simpatizantes incondicionales del kirchnerismo que ya tuvo su premiére en el Luna Park con entrada gratuita el pasado 17 de octubre, ahora llamado Día de la Militancia. Tal vez queda la pregunta de por qué un estreno comercial en tantas salas (más de un centenar) para un filme con destino de unidad básica.

Todo queda en familia. “Néstor Kirchner, la película” (Argentina/2012). Dirección: Paula de Luque. Guión: Paula de Luque, con la colaboración de Carlos Polimeni. Fotografía: Marcelo Iaccarino. Música: Gustavo Santaolalla e Iván Wiszogrod. Edición: César Custodio. Duración: 100 minutos. Calificación: apta para todo público.

Más cerca de una mirada militante que artística, “Néstor Kirchner, la película” es un abordaje desde la admiración a una de las figuras políticas más importantes en la última etapa de la historia nacional. No es un documental clásico pero sus innovaciones son confusas. Foto: Archivo El Litoral.