Néstor Kirchner, la película

Crítica de Alejandro Venturini - Alta Peli

Obertura

Empecé a escribir este post unas dos o tres veces. Primero creí que debía limitarme a analizar “Nestor Kirchner, la película” como un documental y nada más, sin profundizar demasiado en la temática, evadiendo así la politización del artículo. Pero este es un caso complejo, donde separar la obra del tópico sobre el que trata es una tarea difícil porque es un todo indivisible.

La Construcción del Relato

En el 2003, con el porcentaje de votos más bajo de la historia (22,24%), asumió la presidencia Nestor Carlos Kirchner, un apenas conocido santacruceño con estrabismo, una particular silibancia y enemigo del protocolo, que tras años de observar cómo la política se tocaba de manera superficial, necesitaba edificar desde cero un discurso que no poseía o se desconocía, para así formar un relato que legitime el poder obtenido.

Poco a poco, el kirchnerismo se fue construyendo en base a varios actos donde se concretaba una moral próxima a la izquierda; se inició una revisión sobre los ´70, una revalorización de los organismos de Derechos Humanos, un análisis de los medios de comunicación, el pago de la deuda externa, la unión regional, etc. Si estos debates fueron la fuente para buscar la aceptación popular o un sincero acto que quería repensar el país, lo dejo a criterio de cada lector. Lo cierto es que logró una mutación cultural donde la política, y sobre todo el gobierno, pasaron a primer plano.

Es una obviedad mencionar qué parte de este cambio cultural se dio a través de los medios de comunicación, en especial el cine: hubo oleadas de documentales y ficciones sobre la dictadura, películas que hablaban del peronismo, hasta hemos llegado a ver un film animado sobre Eva Perón. En todo este contexto discursivo creado por el oficialismo, pensé que “Nestor Kirchner, la película” sería un eslabón esencial, pero me voy a tallar en la frente un “FAIL” con un cuchillo, como en “Bastardos sin Gloria”.

La inaccesibilidad a Él

La película sobre Nestor está escrita y dirigida por Paula de Luque (“Juan y Eva”). En un principio el alma pater era el oriental Adrian Israel Caetano, pero por diferencias en el corte final con la producción, decidió renunciar al proyecto. Sinceramente no sé cuánto de Caetano tenga la película, pero la credibilidad y el sentido común que nos demostró a lo largo de los años, quiero suponer que su impronta es prácticamente nula.

Hay un requisito para ver este film, si uno no está al tanto de los aconteceres nacionales de los últimos 40 años, no podrá comprender en su totalidad la película, ya que no se profundiza argumentativamente en los temas que se tratan, ni siquiera se especifica quiénes son los que aparecen delante de cámara. “Nestor Kirchner, la película” es un acercamiento a la figura del ex presidente fallecido en 2010, con una narración proto-poética que se desenvuelve entre testimonios de los familiares, material de archivo y separadores de imágenes patagónicas y/o contenido social, que da como resultado un film fallido.

Estructuralmente el documental avanza en bloques, torpemente, como un auto con ruedas cuadradas, cada parte toca un tema, y entre uno y otro hay un separador de paisajes patagónicos o marginales; todo esto acompañado por la reconocida banda sonora de Santaolalla.

Conclusión

“Nestor Kirchner, la película” es una confusa aproximación a la figura política nacional más importante del último decenio, que no alcanza una narrativa poética, así como tampoco termina de ser un documental clásico, se queda ahí. Los únicos aciertos son las imágenes del sur y el material de archivo –tanto el conocido a nivel público, como el privado y familiar filmado en Super 8-, pero enseguida queda anulado por desaciertos, como la incoherente inclusión del caso Mariano Ferreyra, donde no se especifica qué pasó y se da justo antes de hablar sobre el fallecimiento de Kirchner. Si la lógica para este fragmento fue parte del repaso cronológico, se debería haber hecho también a lo largo de la película o unirlo con declaraciones oficiales sobre el caso, porque nada tiene nada que ver con Él y queda realmente inconexo.