Need for speed

Crítica de Juan Pablo Schapira - Tranvías y Deseos

La historia es floja, el nudo emocional es débil, los personajes son superficiales y no sólo porque disfrutan los autos y la velocidad; las escenas no permiten un desarrollo y un lucimiento mayor que el deben cumplir para la trama. Los famosos “personajes accesorio”, por ponerles un nombre: un héroe rebelde y con todas las de perder; un malo demasiado malo; los ‘sidekicks’ como comic relief, generando algunas –tibias- risas; y el interés romántico. Hay detalles de la trama que no cierran aunque el final se vea venir desde la primera escena. Si les cuento algo, les conté todo. Si ven el trailer, se encontrarán con una voz en off arbitraria que plantea cosas que en la película no aparecen de esa misma forma. Una operación extraña y descuidada de la producción del film.

Así las cosas, “Need For Speed” llega bañada de una calidez irresistible. El brillo de sus protagonistas y el impacto visual del paisaje que recorren en su aventura vuelven irrechazable lo que se ha repetido hasta el hartazgo. Es un viaje que no nos hace saltar de la butaca pero tampoco nos desdibuja la sonrisa. Técnicamente, el planteo visual de las persecuciones y las carreras puede verse como una suerte de cruce entre la estilización y precisión de “Drive” (Nicolas Winding Refn) y la comprensible adrenalina de “Rápido y Furioso” (Justin Lin, en sus últimas entregas). Algunos movimientos se entienden más que otros pero hay una clara decisión de reducir el choque y los golpes, dejando de lado los estruendos fuertes para dar lugar a la contemplación de la velocidad.

Acá no hay vuelta: el mejor auto es el más rápido y todo lo demás es adorno. Los diálogos tampoco se detienen mucho en información automovilística; es una pasión que está sobreentendida para los personajes y debería funcionar como contrato implícito con el espectador que, viendo el film, recibe lo que fue a buscar. Yo la vi doblada al español, pero a juzgar por sus gestos y expresividad, puedo asegurar que Aaron Paul –estrella absoluta- sale airoso de la operación pochoclera. Y más le vale, porque en este momento, post “Breaking Bad”, está en la cresta de la ola y no sería lindo caerse desde tan alto. ¿Da para secuela? Mi respuesta sería un no, pero yo no controlo la taquilla mundial