Nebraska

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Perdidos
El mayor mérito de "Nebraska"(USA, 2013) es el de poder construir un relato intenso y llevadero a partir de una pequeña anécdota. Un círculo virtuoso sobre la cual todo el tiempo el realizador (Alexander Payne, en un cuidado trabajo de guión) volverá para sumar intensidad y dramatismo a la historia.

Hay un señor en plena decadencia física y mental(Bruce Dern) quien se ha creído una de las estafas más conocidas y populares que ha tenido diferentes versiones: acerquese a nuestras sucursales, usted ha ganado un millón de dólares contra presentación de este título.

Nadie puede quitarle de la cabeza la idea que si llega a Nebraska para retirar el premio se convertirá en millonario.
Ni su mujer (June Squibb), ni mucho menos su hijo (Will Forte), quien terminará llevandolo en su automovil para evitar que se siga escapando por las noches para cumplir con esta misión.

El hijo sabe que el padre està mal, pero aún así se embarca en la travesía de seguir adelante por las rutas del país cuando éste le demuestra que no tiene ningún objetivo claro en la vida (su mujer lo abandonó y su trabajo -vendedor de electrodomésticos- no avanza).
"Nebraska" habla de los vínculos, de la familia, de la amistad, pero no desde un lado positivo, sino desde la crudeza de la realidad.

El "nunca conocemos a nadie en profundidad" como máxima. La puesta en escena, primero en la ruta (porque sí, la película es en parte road movie) y luego en abandonados hogares atiborrados de objetos inútiles, hacen que algunas escenas y diálogos (muchos parecen improvisados) sean memorables.

No hace falta deducir que el premio obviamente no llega, pero así como Woody (Dern) lo creyó, habrá muchos incautos que también pensarán que podrán cobrarse o bien deudas del pasado (Ed Pegramm, interpretado por Stacey "Mike Hammer" Keach) o pedir ayuda económica.

En medio de la confusión el cansancio de la mujer (que no puede ni con ella misma), el agotamiento del hijo, el crecimiento de un hermano (Bob Odenkirk, un "anchorman" de una pequeña emisora regional) y una de las historias familiares más potentes de los últimos tiempos (con una fotografía bellisima de Phedon Papamichael), pero también dolorosa.

PUNTAJE: 8/10