Naturaleza muerta

Crítica de Julio Vega - CineFreaks

Naturaleza que sangra

La ópera prima de Gabriel Grieco podría enmarcarse en esta nueva serie de films de género propios de la incipiente industria nacional cinematográfica. Si bien no es nuevo que se produzcan este tipo de películas en el país, desde la llegada del digital, y más bien desde el reimpulso tecnológico con que se cuenta hoy en día, podemos hablar de una incipiente producción local de cine de género.

El terror, suspenso, thriller, y más que nada la ciencia ficción, son géneros a los que nuestro país dejaba en manos de producciones foráneas. Pero sólo en términos de producción, pues si hablamos de consumo, desde hace rato que nuestro público local se nutre con este tipo de films. El festival de cine Rojo Sangre, por decir nomas, con 15 ediciones a cuestas, es un conciso ejemplo de esto. Ahora bien, lo que antes podría constituir un tipo de cine que terminaba volcándose hacia el gore o el género más bizarro, fundamentalmente por falta de producción para crear escenas reales y verosímiles, actualmente se puede contar fácilmente con elementos que hacen posible que hoy nuestros films estén a la altura de producciones extranjeras. Un claro ejemplo de esto es “Ataque de Pánico”, cortometraje producido por el director Fede Álvarez, de Uruguay, quien accedió a los grandes estudios hollywodenses luego del éxito con el pequeño film, o mas cercano, el estreno local de Necrofobia, primera película de terror nacional que estrenó completamente en 3D.

Pero adentrándonos en el film, que tuvo su premiere nada menos que en la última edición del Festival de Cannes, puedo destacar que el relato que mantiene es en esencia simple. La historia se centra en la investigación errática por parte de una periodista con ansias de ascenso, al haber desaparecido una adinerada joven.La periodista, por casualidad, se encontraba cubriendo una nota sobre los problemas que acarrean al planeta el consumo animal. Este indicio vegetariano que es lo que mueve y resuelve toda la trama de la película plantea un universo donde carnívoros y vegetarianos se enfrentan en distintos campos (léase,campos, literalmente), a ver quién controla la producción de alimentos.

Esta batalla por dominar a la naturaleza comprende una metáfora más marginal que involucra al sistema de producción y consumo de alimentos, un problema general mundial que ataca a todos los estados. O, quizás, en sintonía más práctica, simplemente lo que la película quiere transmitir es esta gracia mundana de consumo carnívoro.

En fin, la película entretiene, cumple las expectativas. Contiene los recursos necesarios y esperados de un film de este estilo, que ahonda entre el policial de suspenso y horror del slasher y cuenta con una gran y prolija realización técnica. Es destacable la labor de Luz Cipriota, y el debut protagónico de Amin Yoma.

Como un buen asado en familia, Naturaleza muerta constituye un clásico y conocido ritual de factura nacional que deja probarse, prometiendo un film de calidad, que deja algo de sorpresa para el postre, pero sin lugar a la sobremesa.