Nadie vive

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

El debut de Ryuhei Kitamura en los cines argentinos.
Un director japonés bastante popular que se hizo conocido en el 2000 con Versus, una muy buena película de zombies que fusionó con éxito el terror y la acción.
Desde entonces el realizador hizo varias adaptaciones de cómics orientales como Alive, Azumi (la primera entrega), Sky High y bizarradas del nivel de Godzilla: Final Wars.
En el 2008 debutó en Hollywood con The Midnight Meat Train, otra buena producción de terror, basada en el cuento de Clive Barker.
Nadie vive es la segunda incursión de Kitamura en el cine norteamericano y presenta un thriller de horror que tiene muchas similitudes con Cacería macabra (You are next), una producción independiente que se estrenó a fines del año pasado.
La diferencia es que este estreno tiene menos humor.
Kitamura ofrece en esta ocasión uno de los espectáculos sangrientos más zarpados que llegaron a la cartelera en el último tiempo.
Una trama plagada de psicópatas que presenta escenas de violencia bastante gráficas en la que no faltan mutilaciones y tripas que se desparraman por la pantalla.
Lo más interesante del conflicto es que no hay un villano en particular y héroes que intentan escapar de sus ataques, sino que todos los personajes son enfermos desquiciados.
La película es un proyecto del estudio WWE, la famosa compañía de lucha libre norteamericana, que desde el 2002 empezó a incusionar en el cine para promocionar en Hollywood a sus figuras. The Rock hizo sus primeros filmes con ellos, como El Rey Escorpión y Walking Tall.
Dentro del terror la WWE fue responsable de Los ojos del mal (See no evil), una película malísima del 2006 que tenía como protagonista al luchador Kane.
Nadie vive está en la misma sintonía en materia de gore, con la diferencia que estuvo mejor realizada y por lo menos tiene actores decentes, donde se destaca principalmente Luke Evans (Los tres mosqueteros).
En lo personal estas historias que sólo se enfocan en la violencia extrema me terminaron por aburrir.
Sin embargo, para aquellos espectadores que busquen un gran festival sangriento que alimente sus dosis de morbo este estreno puede resultar una experiencia más satisfactoria.
Yo prefiero esperar la próxima película de Kitamura donde adaptará al emblemático ícono del manga, Lupin III, en una nueva producción live action.