Nadie vive

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Se podría decir que éste filme de terror no modificará en nada la historia del cine, podría hasta aburrir sobremanera al espectador, salvo que éste pueda verlo desde el lado ridículo del texto y de las imágenes, entonces podrá divertirse, reírse más que asustarse, y entonces no sentiría haber perdido ni tiempo ni dinero.
La historia abre como en toda película actual que se precie de pertenecer a esta tan vilipendiado género. Una chica huye aterrada de un algo que en ausencia, y por los gritos y gemidos guturales de la ninfa, nos quieren hacer creer que es pavoroso. Atrapada, como debe suceder en una primera escena, logra grabar en un árbol que esta viva, detalle no menor ya que un axioma en estas producciones es que si no te lo muestran muerto, el personaje no murió.
El punto es que esta idea va a ser repetida hasta el cansancio, y si en realidad lo único que parece importar es adivinar como va a morir cada uno de los personajes, este hecho no es un dato menor.
Pero volvamos al relato. Luego sabremos quién es esa niña que corría casi desnuda por el bosque.
Los programas informativos nos darán lo necesario. Catorce estudiantes aparecen atrozmente ultimados; la escena del crimen no brinda pista alguna del destino final de la que podría ser la única sobreviviente, una joven llamada Emma, (adivino quien es).
Supuestamente 8 meses después de esos hechos la policía descubre la inscripción en el árbol; simultáneamente una banda de ladrones y asesinos, luego de un robo frustrado, deciden secuestrar a una pareja que viaje en un auto de gran valor; en el baúl del auto descubren a nuestra ya no tan asustada Emma.
La pareja esta inmovilizada, y ellos tienen en sus manos y su horizonte la perspectiva de cobrar la formidable suma de dos millones de dólares ofrecidos como recompensa ofrecidos por la familia.
Lo que no pudieron dilucidar esas mentes brillantes es quiénes son en realidad estos dos que hace meses tienen a la joven, por lo que aquello que parecía ser una presa se convertirá en su peor pesadilla.
Todo esto en los primeros quince minutos. En ningún momento deja de ser una catarata de lugares comunes, clichés del genero, salvo que en algún momento, como dije anteriormente, y de manera justificada, te empieces a reír de lo que te muestran.
El director no se priva para nada de acciones sangrientas, imágenes truculentas, algún que otro desnudo femenino que se agradece, violencia glamorosa, con la intención de excitar sin lograrlo.
Todo esto ni siquiera tiene el sustento de una dirección de arte cuidada, ni la fotografía llevada a tonos exacerbados logra el cometido de apuntalar el miedo, y si a eso le agregamos diálogos del orden de la estupidez generalizada, sólo queda reírse, o irse.
Tiene un muy leve punto a favor, la intención de construir personajes temibles por fuera de la media, esencialmente el protagonista y la verdadera antagonista, la chica secuestrada, pero esto se diluye más parecido al post mortem que a una actuación.