Nadie nos mira

Crítica de Giuliana Bleeker - CineFreaks

La real diferencia entre ser y estar

Nico (Guillermo Pfening) es un actor conocido de la televisión argentina que, cansado del formato de las telenovelas, viaja a Estados Unidos con el anhelo de consagrarse profesionalmente. Sin embargo, las posibilidades de conseguir un papel parecen más difíciles de lo que imaginaba y su imagen de hombre blanco y rubio se vuelve un problema ya que no encaja con el estereotipo de personaje latino que las productoras buscan. Desocupado y con la visa vencida, Nico comienza a trabajar como niñero del bebé de su amiga Andrea (Elena Roger), una argentina que dicta clases de Yoga.

La tercera película de Julia Solomonoff transcurre casi completamente en Nueva York, ciudad en la que luego de idas y venidas, la directora decidió para instalarse definitivamente en 2009. Nadie mejor que ella para contar una historia acerca del desarraigo, la identidad y los prejuicios con los que debe lidiar día a día el inmigrante que arriba a la tierra del tío Trump.

Durante el tiempo en que se desarrolla su estadía en La Gran Manzana, Nico establece cierto vínculo con las niñeras del parque donde lleva al bebé. Todas ellas son latinoamericanas contratadas por padres cuya intención es que sus hijos también aprendan español. El choque cultural resulta de lo más habitual en aquella ciudad inmensa, repleta de turistas deslumbrados por la oferta de entretenimiento que presenta. No obstante, no hace falta hurgar mucho para ver cómo el desencanto, la soledad y la mentira del American Dream conviven permanentemente en la vida de quienes se trasladan a Estados Unidos para probar suerte.

Nico (Guillermo Pfening) es un actor conocido de la televisión argentina que, cansado del formato de las telenovelas, viaja a Estados Unidos con el anhelo de consagrarse profesionalmente. Sin embargo, las posibilidades de conseguir un papel parecen más difíciles de lo que imaginaba y su imagen de hombre blanco y rubio se vuelve un problema ya que no encaja con el estereotipo de personaje latino que las productoras buscan. Desocupado y con la visa vencida, Nico comienza a trabajar como niñero del bebé de su amiga Andrea (Elena Roger), una argentina que dicta clases de Yoga.

La tercera película de Julia Solomonoff transcurre casi completamente en Nueva York, ciudad en la que luego de idas y venidas, la directora decidió para instalarse definitivamente en 2009. Nadie mejor que ella para contar una historia acerca del desarraigo, la identidad y los prejuicios con los que debe lidiar día a día el inmigrante que arriba a la tierra del tío Trump.

Durante el tiempo en que se desarrolla su estadía en La Gran Manzana, Nico establece cierto vínculo con las niñeras del parque donde lleva al bebé. Todas ellas son latinoamericanas contratadas por padres cuya intención es que sus hijos también aprendan español. El choque cultural resulta de lo más habitual en aquella ciudad inmensa, repleta de turistas deslumbrados por la oferta de entretenimiento que presenta. No obstante, no hace falta hurgar mucho para ver cómo el desencanto, la soledad y la mentira del American Dream conviven permanentemente en la vida de quienes se trasladan a Estados Unidos para probar suerte.