Nada es lo que parece

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

La gran distracción

El mundo de la magia y el ilusionismo siempre resulta fascinante para ser llevado a la pantalla. La película de Louis Leterrier, un experimentado realizador en el terreno de la acción, dice abracadabra en esta historia plagada de apariencias engañosas. Quizás demasiadas.

Nada es lo que parece (Now you see me en el original) va moviendo su eje de distracción, al igual que lo hacen los personajes, para confundir al espectador y lo logra a través de escenas plasmadas con vértigo, acción y ritmo de show. Estructurada en tres grandes ilusiones, el relato captura el interés desde el comienzo, pero los excesivos datos que tira (al igual que los naipes lanzados como balas) y las vueltas de tuerca que acumula le juegan en contra.

Un equipo del FBI liderado por Dylan (Mark Ruffalo) intenta capturar a los Cuatro Jinetes, un grupo formado por los mejores magos del mundo: un ilusionista (Jesse Eisenberg), una escapista (Isla Fisher); un mentalista (Woody Harrelson) y un experto en cartas (Dave Franco). Ellos se dedican a robar bancos mientras realizan sus presentaciones y reparten el dinero entre el público. A la cacería se suman una agente de Interpol (Mélanie Laurent) de quien Dylan desconfía, y Thaddeus (Morgan Freeman), un mago repudiado por otros por revelar sus trucos.

La trampa está servida, las sospechas a la orden del día y muchas situaciones resultan forzadas a nivel argumental para ser verosímiles: lo que sucede en la autopista o en la bóveda del banco. Si bien son magos, tampoco hacen milagros. Sus móviles son el dinero y el arte del engaño a gran escala. Pero hay más.

La película está construída como un castillo de naipes que puede derrumbarse en cualquier momento, como un espejo deformante que oculta otras cosas y con fugas vertiginosas (como la escapista que puede liberarse de un estanque lleno de pirañas). El guion de Ed Solomon y Boaz Yakin no se aparta tampoco de lo fantástico, complejiza algunos tramos y da innumerables vueltas argumentales como la calesita de la escena final. Sin embargo, los personajes siguen adelante con su plan en un film entretenido que tiene escondidos varios conejos bajo la galera.