Música campesina

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Perdido en Nashville

Música campesina (2011) funciona como una continuación del díptico conformado por Se arrienda (2005) y Velódromo (2010), contando como protagonista a un treintañero que busca su lugar en el mundo.

Alejandro Tazo (Pablo Cerda) es un chileno que, no sabemos muy bien porqué y tampoco importa, se encuentra de turista en la ciudad de Nashville en los Estados Unidos. Sus días pasan entre hoteles -cada vez más baratos-, comida chatarra, relaciones ocasionales y música country. Alejandro busca su lugar en el mundo, sin saber siquiera por dónde empezar a buscarlo.

Hay una constante en los últimos trabajos de el literato y cineasta chileno Alberto Fuguet y es la de indagar sobre la búsqueda existencial de aquellos de pasaron los treinta años. Mientras en Velódromo montaba a su personaje central sobre una bicicleta para recorrer la ciudad de Santiago, en Música campesina va más allá y lo saca de su hábitat para trasladarlo hacia un universo mucho más distante, en el que no sólo deberá lidiar con su propia insatisfacción personal sino también con las limitaciones culturales. Para Alejandro encontrar un latino será una especie de salvación esporádica que lo conectará con el mundo que conoce, aunque después se dé cuenta de que estaba equivocado.

Hay ciertos puntos de contacto entre la filmografía de Alberto Fuguet y la abulia adolescente reflejada por el NCA (Nuevo Cine Argentino) pero con el enfoque puesto en otra generación y en otra narrativa. El trabajo realizado tanto en los diálogos casuales como en cada uno de los remates denota el oficio como escritor del realizador. La maestría a la hora de resolver situaciones absurdas y la credibilidad ante lo que se nos está mostrando son puestas a prueba de manera constante y resueltas de manera eficaz.

Música campesina reconfirma una vez más Chile se está consolidando como una de las cinematografías más importantes de Latinoamérica y Alberto Fuguet como uno de los cineastas más interesantes del país trasandino, al que sin duda vale la pena seguir con mucha atención.