Mujeres al ataque

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Lecciones de supervivencia femenina

Para decirlo de entrada: “Mujeres al ataque” (The other woman) es un rejunte de buenas ideas amontonadas medio a los apurones y como de mala gana. Quizás sea uno de esos productos que hay que sacar rápido del horno para satisfacer algún tipo de demanda inmediata, algo así como una fast food para salir del paso.
En el rubro comedia de mujeres, enredadas y conflictuadas por causa de los hombres, hay varios antecedentes de peso que le hacen sombra, sin ninguna duda, a este experimento no muy feliz de Nick Cassavetes (a quien cuesta perdonarle los errores nada más que por portación de apellido).
Pero tampoco hay que exagerar. La película se deja ver con comodidad y puede llegar a divertir, sobre todo cuando Cameron Diaz (verdadero sostén del experimento) despliega sus dotes histriónicas al servicio del humor sarcástico.
Está acompañada en esta aventura por Leslie Mann, en un papel mucho más desbordado y estridente.
Resulta que Carly (Diaz), una exitosa abogada, tiene un romance con Mark (Nikolaj Coster-Waldau), un atractivo hombre de negocios, y está bastante entusiasmada con la relación. Pero un día descubre que el susodicho está casado (nunca se lo había dicho) y se entera de esto tropezando precisamente con su esposa, Kate (Mann), una mujercita que se la pasa encerrada en su casa consagrada a su marido y no mucho más que eso.
El encontronazo es explosivo, porque ambas han sido engañadas por el hombre en cuestión y para las dos resulta un disgusto insoportable. Carly, con más calle, reacciona de manera asertiva y prefiere pasar página rápidamente, pero Kate opta por la crisis expansiva de resultado imprevisible. Se le pegotea a Carly hasta que terminan construyendo una especie de rara amistad, aliándose para espiar y perseguir a Mark. A medida que van descubriendo más secretos oscuros del muchacho, ellas se vuelven más frías y crueles, tanto, que traman someterlo a una dolorosa venganza.
Para colmo, aparece una tercera fémina a avivar un poco más la hoguera, la bella Amber (Kate Upton), que es la nueva conquista del insaciable play boy, una joven veinteañera capaz de derretir a los corazones más duros. Sin embargo, las brujas mayores no encuentran ninguna dificultad para sumar otra combatiente a su justa causa. De modo que Mark ahora tiene tres furiosas enemigas operando a sus espaldas con el objetivo de hacerle pagar todas sus traiciones, ofensas y demás maldades.
El hombre, que se cree un ganador imbatible, está engolosinado con su éxito. Es irresistible para las mujeres y un león en los negocios. Ni se imagina que alguien, menos su mujercita, pueda estar conspirando en las sombras contra él.
Ese exceso de confianza será su ruina. Y las chicas lograrán dar vuelta la historia para ponerla a su favor, infligiéndole un duro castigo al galán insensible y egoísta, con escarnio público incluido. En fin, le dan una paliza de aquéllas.
Y después, cada una logrará salir adelante con nuevos proyectos, aunque seguirán unidas de algún modo, porque cuando se trata de complicarse la vida, las mujeres parecen ser incorregibles.
La película no es brillante, pero tampoco es un bodrio, aunque hay que reconocer que Cassavetes podría haber aprovechado mejor todo el material disponible, desde el elenco (que incluye al mítico Don Johnson, el buen mozo de “División Miami”) hasta el guión, que con unos ajustes hubiera mejorado bastante.