Mujeres al ataque

Crítica de Juan Pablo Ferré - A Sala Llena

Campamento de cerebros.

En una de las primeras escenas del filme, una conversación durante un fugaz desayuno describe por completo a Kate King (Leslie Mann) cuando el personaje sugiere que debería acudir a un “campamento de cerebros” porque cada vez le cuesta más pensar. Más que brindarnos datos de la personalidad de la protagonista, esa charla ridícula nos hace pensar que es la gente como Kate la que va a disfrutar de la película, aquellos que necesitan un tratamiento que le ayude a ejercitar el cerebro y confunden el ginkgo biloba con Rocky Balboa. Esta loca idea se va confirmando en las siguientes escenas de la película, en donde presenciamos una venganza a punta de laxante, con sus lógicas y sonoras consecuencias, y el repertorio de chistes va por el lado de ver cómo Kate no puede aguantar vomitarse.

Mujeres al Ataque es la octava película de Nick Cassavetes, un director que a lo largo de su trayectoria ha logrado pasar -con dispares resultados- por muchos géneros distintos. Entre sus mayores logros estuvo hacer de una novela de Nicholas Sparks algo disfrutable (Diario de una Pasión) y plantearse interesantes cuestiones político-filosóficas en películas como John Q y La Decisión más Difícil. En su primera incursión en la comedia, nos cuenta la historia de Carly (Cameron Díaz), una exitosa abogada que cree haber encontrado el amor hasta que se entera que su novio (Nikolaj Coster-Waldau) está casado con la mencionada Kate. La situación, en lugar de promover el odio, termina generando empatía entre ambas, que unirán fuerzas para vengarse. Más adelante conocerán a una tercera amante (la modelo Kate Upton), que terminará formando parte de su equipo.