Mujercitas

Crítica de Anabella Longhi - La Prensa

En 2017, Greta Gerwig estrenó su ópera prima "Lady Bird", un coming of age que retrata las vivencias de una adolescente a punto de terminar la secundaria en Sacramento (California). Ahora, en su segundo largometraje (nominado a seis premios Oscar), la directora vuelve a incursionar en ese género y lo hace con "Mujercitas", basado en la clásica novela de Louisa May Alcott.

A partir del bildungsroman -género literario que nace con "Los años de aprendizaje de Wilhem Meister", de Johann Wolfgang von Goethe y que, dentro del canon clásico, describe el rito de pasaje de un varón- narra la vida de las hermanas March durante la Guerra Civil en los Estados Unidos.

En la transposición de Gerwig, Saoirse Ronan -la misma protagonista de "Lady Bird"- encarna a Jo, la segunda de cuatro hermanas, quien aspira a ser escritora. "Tengo la intención de hacer mi propio camino en el mundo", le responde a la tía March (Meryl Streep). Jo es idealista y no le interesa llevar adelante una vida tradicional según los mandatos de la época. Meg (Emma Watson), la mayor de todas, en cambio, sueña con formar una familia.

Amy (una excelente Florence Pugh) es la menor de las March. Siempre representada como la más vanidosa y consentida, en esta versión comparte características con Jo. Ambas son ambiciosas y obstinadas, Jo quiere escribir; Amy, pintar. Ella entiende cómo funcionan las reglas de esa sociedad y sabe usarlas a favor de sus intereses.

Beth (Eliza Scanlen), la otra hermana, con una personalidad tímida y solidaria, se destaca por sus dotes con el piano y por enfrentar un destino trágico. Por otro lado, Laura Dern se pone en la piel de Marmee; Timothée Chalamet hace de Laurie, vecino de las March y enamorado de Jo; y el francés Louis Garrel compone una versión más joven del profesor Bhaer.

VERSION ACTUALIZADA

Hubo seis adaptaciones del clásico literario del siglo XIX que llegaron a la pantalla grande. Las principales son la de 1933, dirigida por George Cukor, con Katharine Hepburn; la del 1949, de Mervyn LeRoy con Elizabeth Taylor, June Allyson y Janet Leigh; y la de 1994, realizada por Gillian Armstrong con Winona Ryder, Kirsten Dunst y Claire Danes.

A diferencia de sus antecesoras, que inician con un plano general de la casa nevada de las March, la "Mujercitas" de Gerwig comienza en una oficina con la negociación entre Jo y el editor para publicar un cuento. El, después de hacerle algunas modificaciones al relato y aclararle que si la protagonista es mujer, para el final de la historia tiene que estar casada o morirse, le dice que los cuentos los paga 25, 30 dólares, pero a ella le dará sólo 20. Esta escena tiene sentido dentro de ese contexto histórico, pero también lo tiene ahora al tocar un tema vigente: la brecha salarial entre hombres y mujeres. Porque lo que hace la directora, además de reestructurar el relato, que va y viene en el tiempo, es actualizar el clásico literario.

Que lo modernice no hace que pierda uno de los aspectos más sensibles: el vínculo entre las hermanas. Gerwig crea una intimidad genuina en esas escenas de ámbito doméstico donde las chicas arman una obra teatral, se pelean cuerpo a cuerpo y comparten ritos femeninos.

"ALTER EGO"

Ese mundo de chicas tan bien descripto por Gerwig es parte del homenaje que hace la realizadora a la autora. Desde abrir el filme con una cita de May Alcott hasta reforzar el personaje de Jo como alter ego de la escritora, son algunos de los elementos que acentúan su admiración por la literata. Aunque sólo haya realizado dos películas, Greta Gerwig es, sin duda, una de las directoras necesarias de esta nueva década.