Mujer lobo

Crítica de Fernando López - La Nación

Tentaciones peligrosas en una línea de subte

Son mujeres peligrosas éstas, tan sexys y tentadoras que en los coches de la línea B de subterráneos disponen de un variado repertorio de miradas persuasivas para cautivar a los galanes a los que les han echado el ojo. Son rubias, castañas o morenas, pero siempre esculturales. Pueden ir vestidas de la manera más llamativa, discreta o provocadora; ensayar algún gesto falsamente tímido, mostrarse desafiantes o bien a las claras ofrecidas. Hay algunos que prefieren ignorar esos avances agresivos así como para otros resultan irresistibles. De todas maneras, conviene andar con cuidado. Este tipo de chicas son peligrosas: están a la caza de sus víctimas. Y cuando las eligen, avanzan hasta el fin. Siempre encuentran la forma de arrinconarlos, hacerse perseguir, hechizarlos con sus técnicas de conquista, tener sexo con ellos hasta embriagarlos y, una vez sometidos, matarlos. Son asesinas seriales, quizá la contracara de los que protagonizan tantos films clase B cuyas víctimas son casi invariablemente mujeres. Quizá sus vengadoras.

Las trae Tamae Garateguy (Upa, Pompeya) en este desenfrenado festival de sexo, sangre, suspenso y algo de rock, protagonizado por una asesina única con tres rostros y tres personalidades cuyo radio de acción es la línea ferroviaria que corre por debajo de Corrientes y que deja un tendal de víctimas, aunque también tropieza con alguien que ha descubierto su modus operandi y está dispuesto a atraparla.

Ni el policial erótico ni el clase B con exceso de sexo y sangre son géneros demasiado explotados por el cine independiente local, y mucho menos lo son con tanta audacia y profesionalismo como los que muestra la joven realizadora en esta producción que puede no convencer del todo en términos de su construcción argumental, pero está formalmente muy cuidada (es muy buena la fotografía en blanco y negro de Pigu Gómez) y en el terreno interpretativo, en el que se lucen las tres sensuales protagonistas, Mónica Lairana, Guadalupe Docampo y Luján Ariza.