Mr. Kaplan

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Comedia de humor judeo-rioplatense con notable actor

"¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Es el mundo mejor gracias a mi?" Si esto se lo pregunta un joven idealista, suena bien. Si se lo pregunta un jubilado, vamos mal. Pero quizás aún estamos a tiempo. Don Jacobo, desplazado al rincón por su propia familia, está a punto de justificar su vida entera, honrar a los suyos y rendir un enorme servicio a la tierra de sus mayores y a la humanidad. Visto desde otro ángulo, está a punto de hacer un papelonazo.

La humillante sensación de decrepitud puede aparecer en una reunión social donde ya no figura como invitado, en las restricciones para conducir, o en la vigilancia que toman sus familiares para que no se pierda. La sensación de plenitud, en cambio, le aparece en la playa, cuando descubre que el dueño de un tranquilo negocio es, qué duda cabe, un evidente criminal nazi refugiado en el Uruguay. Habrá que vigilarlo, juntar pruebas, secuestrarlo y enviarlo a Israel. Toda una aventura, un desafío digno de ser vivido. Además el viejo estará medio gagá pero capaz que tiene razón. Hay motivos para sospechar que tiene razón. Por ahí van los enredos de esta comedia ácida de Alvaro Brechner, de humor judeo-rioplatense, que nos mantiene en la duda hasta la anteúltima escena.

El asunto se inspira libremente en "El salmo de Kaplan", novela del colombiano Marco Schwartz inspirada a su vez en hechos reales, especulaciones infantiles y maldades cervantinas. Anda el Quijote en todo esto, no por lo noble y altivo, sino por lo ridículo. Para mayor similitud, don Jacobo Kaplan también tiene su Sancho Panza, un panzón de nombre muy adecuado: Wilson Contreras. El Caballero de la Triste Figura enfrentará al gigante, que quizás a su modo sea un verdadero gigante, y el gordo, policía obligado al retiro, gobernará malamente su ínsula, si la mujer lo deja. ¿Y al final volverá el maravilloso loco a la cordura? En esto, Brechner resulta más cruel que Cervantes. Más cruel, realista y gracioso que Cervantes. Y pega igual (y mejor que en su primera película, "Mal día para pescar", basada en un cuento de Onetti). Intérpretes principales, el maestro chileno Héctor Noguera, Néstor Guzzini, Rolf Becker, Nidia Telles (doña Rebeca), Leonor Svarcas, la flaquita Nuria Flo, Gustavo Saffores (el sufrido Isaac).