Motín en Sierra Chica

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Volvemos una vez más a hablar de cine de género nacional que llega al estreno comercial. En los últimos años esta constante fue creciendo y cada vez son más los títulos argentinos que se animan a contar una historia enmarcada en un género específico con sus reglas y sus vicios; y cada vez que se produce este evento, en estas líneas se lo celebra como es debido.
Por otro lado, es cierto que la producción masiva de cine de género local no comenzó recientemente, y hace alrededor de veinte años, sino más, que se viene desarrollando esta actividad en lo que podríamos llamar un ambiente alternativo, ligado al video hogareño alejado de las salas.
Este es el aporte de "Motín de Sierra Chica", hacer que un film que mantiene ese espíritu underground llegué, aunque limitadamente, a la cartelera de salas cinematográficas.
Basada (suponemos) muy libremente en los hechos ocurridos allá por 1996 y recordado por rellenar las páginas policiales durante varios meses, el director Jaime Lozano se anima a contar la historia de este grupo de presos del penal de Sierra Chica al que los medios dio por apodar “los doce apóstoles” que llevaron a cabo uno de los motines más sangrientos que se recuerden en el país.
Todos los ingredientes que adornaron la fantasía o realidad de la crónica policial y que se convirtieron en lugares comunes al hablar del mundo presidiario están presentes, y de modo bastante gráfico y expuesto.
Sí, las empanadas humanas y el picadito con cabeza como pelota también. Lozano no se ahorra nada, cuenta con recursos escasísimos y utiliza técnicas que podrían considerarse demodé, añejas, y hasta para los puristas rayanas en lo ridículo (¡vuelve el croma!); pero el resultado será un festín para los amantes del cine clase B, que los hay y muchos.
La historia, por si no la recuerdan, resumidamente es la de dos bandas enfrentadas dentro de la prisión, una de más peso que la otra, que colisionarán por diferentes cuestiones, y terminarán en los hechos violentos que todos recordamos en el que hasta una jueza quedará como rehén ¡y vivirá una historia de amor!.
Lozano y su film no disimulan su deseo de hacer un cierto tipo de films que ya pareciese no hacerse, el que predominaba en los ’90, el que era una odisea encontrar y una osadía mirar; lo representa en varios sentidos, aún en sus mensajes y sus tonos que sí, parecieran fuera de época pero encajan perfectos en los hechos sucedidos hace casi dos décadas.
En el elenco encontramos nombres como el de Norberto Ajaka, Luciano Casaux, Valeria Lorca, Jorge Sesan, Ivan Espeche, y también Piti Fernández de la banda Las Pastillas del Abuelo; todos de labores correctas siempre teniendo en cuenta el tono que impone el film.
"Motín en Sierra Chica" no intenta ser un acabado real, podría ser ficción pura (los participantes reales nunca aclararon lo sucedido), y aún con todas sus imperfecciones y desprolijidades es un film que canta victoria, el logro de una lucha que lleva varios años, llegar a un estreno en salas sin condescender ni un poco en el espíritu y en la estética que es marca registrada.
Sangrienta, exagerada, rockera, cuasi punk; señores hay un policial clase B para ver en pantalla grande.