Mortal Kombat

Crítica de Alan Prince - CineFreaks

Fatality a los espectadores.

El comienzo de la nueva década trajo un aire esperanzador en las adaptaciones de videojuegos a la pantalla grande, habiendo comenzado en su momento con Resident Evil y luego con Sonic a principios del año pasado. Mortal Kombat copia la fórmula del primero y la fidelidad del segundo.

El prólogo de la historia es un espectáculo crudo plagado de golpes, efectos especiales y mucha sangre.

Una vez iniciado el filme nos presenta a Cole Young, un joven luchador de la MMA que se gana la vida recibiendo palizas para mantener a su familia. Un detalle para destacar es que Cole tiene una extraña marca de dragón que atraerá tanto a aliados como enemigos. Esa marca no es casual, sino que lo tiene como uno de los elegidos para un torneo mortal con fuerzas sobrenaturales.

Al igual que vimos en Resident Evil, el protagonista no proviene de ningún videojuego y sirve no sólo para guiar a los espectadores que no están familiarizados con los fichines, sino que también lo vemos interactuar con los clásicos personajes que en esta entrega son Jax, Sonya, Liu Kang, Kano, Lung Lao y Raiden.

Contrario a otras propuestas que intentan replicar los videojuegos y muchas veces parece que estamos ante un mix de escenas del juego sin conexión alguna o que al intentar darle un nuevo aire a veces se alejan demasiado. Mortal Kombat logra un gran balance entre la historia y las excelentes secuencias de pelea y sangre que tanto nos tienen acostumbrados.

Sub Zero como villano es un derroche total de acción, el tipo es intimidante y realmente lo hacen difícil de vencer. Incluso puedo destacar una perlita: es el único de los luchadores que usa barbijo (algo que en los tiempos que corren no dejaba de pensar que parecía un mensaje subliminal relacionado a “si te cuidas sos re poderoso”)

Tal vez lo objetable sea algún que otro trato con algunos personajes, pero no mucho más.

En definitiva, Mortal Kombat se perfila como una de las mejores adaptaciones gamers a la pantalla grande, va a al hueso y no tiene problema en mostrar escenas sangrientas o ir hasta los límites de la corrección política que tanto restringe la libertad creativa hoy en día.

Seguramente si sos quisquilloso vas a recriminar la ausencia de algún que otro personaje, pero sin duda la escena final es un regalo para los fans.