Monster Trucks

Crítica de María Fernanda Mugica - La Nación

Un monstruo sobreruedas

Monster Trucks es como las camionetas monstruosas a las que se refiere el título: poco sofisticadas pero divertidas. En su afán por hacer películas partiendo de algo que el público reconozca fácilmente, Hollywood puso el ojo en el espectáculo norteamericano que consiste en ver las piruetas y destrucciones varias de las que son capaces camionetas y camiones "tuneados" con enormes ruedas, motores "tocados" para tener mayor potencia y otros elementos de parafernalia automovilística.

La camioneta del protagonista del film, el joven solitario y "tuerca" Tripp (Lucas Till), es literalmente monstruosa porque su motor es una enorme criatura anfibia que salió a la superficie cuando una empresa petrolera cavó un pozo demasiado profundo donde no debía. Tripp y Meredith (Jane Levy), la chica estudiosa que quiere conquistarlo, tendrán que devolver el adorable monstruo a su ambiente natural, enfrentándose a los intentos del malvado dueño de la empresa (Rob Lowe) por encubrir el desastre provocado por la excavación.

Hay mucho ruido de motores y recorridos a toda velocidad en esta película familiar con el espíritu de las que se alquilaban en el videoclub en los 80 (sin referencias más explícitas que la presencia de Lowe y Danny Glover, en papeles secundarios). Los personajes son más bien esquemáticos, con la excepción de Tripp, que tiene un poco más de desarrollo. Pero acá se trata de divertirse un rato sin muchas pretensiones, algo que logra cada escena con la presencia constante del humor y alejándose muy poco de la liviandad.