Monster Hunter: la cacería comienza

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

Vuelven los cines en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires (también paulatinamente comienza el regreso de las salas en varios lugares del interior) y con ellos algunos estrenos que quedaron pendientes del año pasado, al igual que algunas propuestas de este mismo año. Una de las que no pudieron llegar en tiempo y forma, es el más reciente trabajo de Paul W.S Anderson (a no confundir ni con Wes ni con Paul Thomas Anderson), director de «Mortal Kombat» (1995), «Event Horizon» (1997) y varias entregas de la saga cinematográfica de «Resident Evil».

«Monster Hunter: La cacería comienza», al igual que varios trabajos de Anderson, busca llevar a la pantalla grande una historia que proviene del mundo de los videojuegos. El principal problema de la película es que busca espectacularidad y una escala gigantesca a toda costa, preocupándose únicamente por eso más que por contar una buena historia, con personajes desarrollados y motivaciones claras. El espectador termina enfrentándose a un espectáculo vacío sin coherencia o cohesión con algunas secuencias de enfrentamiento que buscan sorprender desde lo técnico y lo coreográfico pero que incluso se pierden en su montaje caótico y frenético que no nos deja ver los movimientos con fluidez. Este último aspecto, es un vicio bastante recurrente en el cine comercial contemporáneo que busca la fragmentación cada vez más rápida y continua como si fuera la única finalidad de la edición/montaje.

El largometraje básicamente cuenta la historia de un grupo de soldados liderado por Artemis (Milla Jovovich) que atraviesan el desierto para ver lo que ocurrió con un escuadrón que estaba más adelante en el camino y con el cual el resto del ejercito perdió comunicación. En medio de esa travesía, Artemis y sus compañeros son transportados del mundo que conocemos a otro bastante diferente gobernado por peligrosos y poderosos monstruos. El batallón parece totalmente desorientado y no sabe qué es lo que sucede, pero en medio del caos se cruzan con un hombre misterioso (Tony Jaa) que parece saber la forma de defenderse ante estas alimañas al igual que cuál sería el camino para volver a casa.

El principal problema del film está en su guion, que resulta ser una excusa para mostrar escenas espectaculares y sorprendentes que no buscan tener conexión alguna o seguir una línea de una trama. E incluso más allá de sus esfuerzos por mostrar trepidantes escenas de acción, la experiencia termina siendo bastante aburrida y tediosa con personajes desdibujados, una dinámica forzada entre Jovovich y Jaa, y personajes secundarios que aparecen/desaparecen acorde a las necesidades de la trama careciendo de profundidad.

En síntesis, «Monster Hunter» es un espectáculo carente de emoción, imaginación y sentido. Solo gustará a aquellos que busquen un puñado de secuencias de grandes proporciones y que se maravillen con los logros a nivel técnico que hoy en día son moneda corriente en este tipo de relatos del género fantástico. Un blockbuster sin sustento y sin razón de ser.