Monster Hunter: la cacería comienza

Crítica de María Paula Rios - Admit One

Para situarnos, es bueno saber que nos encontramos ante la transposición a la pantalla grande de un exitoso videojuego de rol, Monster Hunter. Aquí, la premisa es cazar monstruos aterradores, con características similares a la de dinosaurios y dragones, que provienen de una realidad paralela. El encargado de dar forma a la historia es Paul W. S. Anderson, mientras que Milla Jovovich oficia de la heroína de armas tomar.

La cinta comienza con un equipo de marines en el medio del desierto, quienes van en una misión de rescate de un grupo de colegas que desapareció de la nada. Guiados por la teniente Artemis, de repente sortearan una tormenta que los transportará a otra dimensión. Una realidad alterna, también desértica, con un pequeño detallito: ¡hay unas criaturas de temer, caníbales y violentas que los perseguirán sin tregua!

En medio de una lucha por la supervivencia ante estos animales enormes y dañinos que salen de todas partes, nuestra teniente, tenaz, pertinente y resiliente, se las ingeniará para ir descubriendo sus mañas, además de conocer a un misterioso personaje que se convertirá en una especie de aliado para enfrentar a estos monstruos de los cuales no sabemos bien su origen.

Con efectos especiales apabullantes y escenas de acción espectaculares (literalmente hablando), la protagonista inicia un verdadero periplo del héroe. No hay demasiada profundidad en la historia, es bien simple y física. El antropólogo y mitólogo estadounidense Joseph Campbell, definió el modelo básico del relato épico como un monomito; y nuestra chica parece que atravesará estas etapas.

Del mundo ordinario pasa a uno fantástico, desconocido y extraño; la heroína debe enfrentar este nuevo mundo, además de sobrevivir claro está, y salir de este complejo entramado con un don (ser toda una cazadora de bichotes). La finalidad es mejorar lo ya establecido y defender a los demás (con las nuevas competencias adquiridas), de la amenaza emergente.

La primera parte de la película, la más interesante y quizá la más lenta narrativamente hablando, se centra en la adaptación a este nuevo lugar de Artemis. Lo cual no significa que no haya tensión en el relato, ya que gradualmente ella irá averiguando que es lo que realmente allí sucede y a qué se enfrenta. Cuando las cosas se vuelven más obvias y sobreexplicadas, se pierde un poco de la magia.

Hay como una especie de presentación de este team de cazadores con look retrofuturista, que abre paso a la acción pura propiamente dicha, y por supuesto deja el terreno allanado para una secuela. Hay química entre los protagonistas, las escenas de peleas están logradas, así como visual y musicalmente; una película sin matices, plana, que no pretende más que perseguir (además de monstruos) la lógica causa efectista del videojuego.