Monos

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Se aman, se odian, se agreden, se persiguen, se obedecen, se traicionan, se lastiman. Los personajes de “Monos” constituyen un microcosmos casi salvaje, con una organización verticalista y violenta. Se trata de un grupo de guerrilleros adolescentes varados en medio de una montaña que mantienen secuestrada a una ingeniera, interpretada por Julianne Nicholson, la actriz que coprotagonizó “Iniciales S.G.” junto a Diego Peretti. No se termina de mostrar quién es el líder de esta organización que festeja un cumpleaños con una paliza memorable, el culpable de la muerte de una vaca se suicida y desayunan disparando al aire sus ametralladoras.

   El director de “Cocalero” y “Porfirio” construye una metáfora descarnada de una sociedad en la que las reglas se imponen por la fuerza y la empatía se reduce a la obediencia ciega de un líder ausente. Rodada en buena parte en Colombia, esta coproducción entre Colombia, Argentina, Holanda, Alemania, Suecia, Uruguay, Estados Unidos, Suiza y Dinamarca, resultó la elegida para representar a Colombia en los premios Oscar.

   El paisaje hostil de la montaña y el clima, el aislamiento, la brutalidad por la supervivencia sin reglas y los objetivos poco claros o difusos, con excepción de retener a la científica encadenada o custodiada en una cueva, subrayan el contraste con la sociedad a la que el filme critica, sociedad que se refleja a través de una televisión que sólo transmite programas de entretenimiento o alguna noticia sobre el secuestro de la científica.